9 | Secuestro.

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«¡T/N! ¡T/N!» - Rudeus gritaba mi nombre para que escapara con ellos, pero ignore sus gritos, solo me concentré en lo que estaba frente a mí.

[ ¡Nueva misión! ]

[ El arte de la espada ]

[ Descripción: Golpea a esos gilipollas y gánate el respeto de Eris Boreas Greyrath ]

[ Recompensa: Respeto de Eris, dos cartas de plata ]

Una pequeña sonrisa se formo en mi.

«¡Maldito niño!»

Un hombre de pelo largo y revuelto corrio hacía mi, levantando su espada sin protegerse si hacía un contraataque. Mientras que los otros dos iban a la izquierda y derecha, impidiendo que me escabullera.

«Intercambio»

Aparecí en el lugar en el que había dejado al hombre inconsciente de un puñetazo, coloque una pierna en la pared que estaba detrás de mi y di un impulso con toda mi fuerza, no solo mi magia se triplicó, sino también mi velocidad, haciendo que en cuestión de segundos empezará a empujar a uno de los mercenarios como si fuera un toro.

«¡Ah!» - Todo fue cuestión de dos segundos o poco menos de eso, ya que apenas habían reaccionado los otros dos mercenarios.

Aprete el agarre de mi empuñadura sin hoja, y golpee su plexo solar, haciendo que se inclinara hacía adelante mientras se sostenia su parte golpeada. No imbui magia en la empuñadura porque no queria matarlos, solo golpearlos un poco, lo suficiente para completar esta misión.

Aunque no seria una empuñadura, más bien sería una espada sin su hoja, casi parecida a un estuche o un palo pero se le podía imbuir magia.

«¿Ah?» - Rápidamente otro de los mercenarios se me acerco lanzando una estocada, lance mi arma y use Intercambio apareciendo arriba de ellos y haciendo una piedra de magia para arrojarsela a su rostro.

¡Bam!

La piedra golpe su rostro haciendo que se lo tocara mientras retrocedia.

Justo cuando caí al suelo, el último mercenario se me acerco pateandome a dirección al pecho, coloque ambos brazos haciendo forma de "X" bloquendo parte de su golpe pero aún asi me arrojo hacía Rudeus y Eris que en todo este tiempo me vieron.

«Ah mi espada...» - Solo miraba como mi espada se quedaba con ellos, rogare para que en automático se vaya a mi inventario.

Mire como el último mercenario sonreía engreidamente por ese tonto golpe.

Extendi mis dos brazos y también mis palmas, apuntando hacía esa habitación mientras mi cuerpo poco a poco caía.

«En cualquier momento pude ganar» - Dije mirándolos.

Un total de veinte picos salieron del suelo como de las paredes y techo, perforando el cuerpo de todos los mercenarios presentes.

Gotas de sangre comenzaron a caer, y en poco tiempo todos cayeron desmayados.

Y después de unos segundos en el aire, mi cuerpo cayo.

«¡Auch!»

Me hice de un lado a otro mientras agarraba mi espalda, Rudeus se acerco a mi y comenzo a sanarla.

«¡Vamonos de aquí, Rudeus y T/N!»

«Deja y voy por algo...»

Todos se confundieron.

...

Nos subimos a un carruaje a escondidas, nos ocultamos detrás de unas cajas y en poco tiempo Eris cayo dormida en mis piernas. Comenzo a temblar y coloque mi gabardina en su cuerpo tratando de calentar su cuerpo.

無職 - 𝐌𝐮𝐬𝐡𝐨𝐤𝐮 𝐓𝐞𝐧𝐬𝐞𝐢 | El más fuerte ~ OP!MalereaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora