𐀔ʾʾ🥥៹ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 31

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Eran las 3:21 a

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Eran las 3:21 a.m. y su timbre sonaba desesperado. 

¿Quién mierda tocaba su puerta a esa hora? 

Echó un vistazo entre la oscuridad de su cocina y tomó un rodillo que había usado antes, como arma –porque si alguien venía a hacerle algo, aquel cilindro de madera seguramente lo protegería bien... bien pensado Taehyung– y se dirigió en la puerta, aunque ni siquiera tuvo que ver por la mirilla para ver de quién se trataba, le bastó una inhalación profunda de aquel olor a tierra mojada que últimamente parecía no salir de su mente para que sus sentidos en alerta de calmaran y volviera a poner el rodillo en su lugar. Abrió con lentitud y la boca casi se le hizo agua al ver al alfa frente a él. 

En pijama, con tenis Air Force 1 y tan guapo, con el cabello despeinado y más largo de lo que alguna vez se lo vio, casi tapándole la vista, gesto suave como siempre a excepción de las pequeñas arrugas en los extremos de los ojos –por la edad y el estrés, supuso–. Se veía tan grande y tan pequeño al mismo tiempo.  

—¿Qué mierda Jungkook? —dijo con la voz ronca por estar recién despierto —¿Cómo...? 

—Jimin me dio tu dirección —respondió simplemente.

—Voy a matarlo —se talló los ojos —¿Qué haces aquí? 

Farfulló algo al mismo tiempo que se agachó para tomar algo del suelo y Taehyung sintió el corazón palpitarle con fuerza cuando vio el recipiente transparente lleno de agua y el pequeño pez rojo nadando dentro, sobre una cama de piedras azules. 

—Vine a disculparme. 

—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó tembloroso

—Tu sabes porqué —se mordió el labio inferior —Y... vine a pedirte que vengas a Italia. 

—Jungkook… —dijo inseguro

—Por favor, déjame probarte que cambié. Déjame pelear por ti.

—¿Qué hay de Jann? —preguntó sabiendo que estaba a punto de ceder, como siempre lo había hecho con Jungkook

—¿Qué hay con él? —alzó una ceja

—Sigue siendo mi novio —respondió con obviedad. 

—Realmente no me importa —negó con la cabeza y sonrió. 

—¿Tan seguro estás de ti mismo? —cuestionó un poco intrigado

—Ya te dije que nací para ti y tu para mí —se encogió de hombros y le extendió la pecera que Taehyung tomó y puso en el comedor detrás de él –su apartamento era pequeño–. 

—Me abandonaste —dijo después de un rato, sintiéndose vulnerable.

—Dejé una parte de mi contigo, créeme Taehyung que me arrepiento tanto... pero te habría hundido —le mostró la parte interna de sus brazos —Son de heroína. 

Fire On Fire  ଓKooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora