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Taehyung le entrega las llaves del auto al pequeño beta rubio y le sonríe

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Taehyung le entrega las llaves del auto al pequeño beta rubio y le sonríe.

—Buenas tardes, Jihoon —saluda con la voz grave y palabras lentas.

—Buenas tardes, Taehyung —le pasa un papel para recoger más tarde su carro en el valet.

No se dicen nada más y el rizado camina hasta la entrada en donde recibe varias miradas de alfas y algunas omegas. Lleva un traje azul marino, camisa blanca y zapatos marrones. Se acaba de cortar el pelo, así que sus rizos esta perfecta y cuidadosamente peinados hacia atrás.

En la recepción esta aquella omega que internamente le disgusta. La castaña de senos enormes que usa faldas cortas y escotes sumamente inapropiados. Le murmura un saludo por lo bajo, camina directo al elevador y sube al piso de su esposo. Cuando las puertas se abren, ve a la secretaria de Jungkook sentada detrás del escritorio y tiene que contener un bufido, porque la omega pelirroja es un ser que odia con pasión.

Es incluso peor que la recepcionista del primer piso. Siempre lleva su cabello rojizo en unas ondas perfectas, el maquillaje leve y unas pestañas naturalmente largas y rizadas con la nariz pequeña y respingada. Ese día lleva un atuendo que Taehyung odia admitir, es envidiable. Es joven, con tan solo 23 años y un brillo en los ojos que deja ver cada que Jungkook asoma el rostro.

¿Acaso todo el personal de Jungkook estaba enamorado de él? Taehyung culpa al culo de su esposo.

Jungkook está recargado en la mesa de la chica, con los brazos cruzados y una pierna colgando. Está contándole algo que plasma una sonrisa bobalicona en la pelirroja. El Alfa se ve increíble como siempre, con un traje café claro y corbata negra, el cabello está llegándole casi a los hombros y está peinado hacia atrás sin mucho cuidado –Taehyung sabe que solo se puso un poco de cera y difícilmente se paso un peine, pero sigue viéndose tan bien como siempre).

Hanna lo ve al mismo tiempo que Jungkook lo siente ya que no puede oler su presencia. Y la sonrisa se le cae, como si aplastaran todos sus sueños y esperanzas; Taehyung casi se regodea en ese momento.

Al castaño se le iluminan los ojos y abre la boca para decir algo pero las palabras se le atoran en la garganta. Lo recorre con la mirada y remoja sus labios con la lengua.

—¿Siempre tienes que verte ridículamente atractivo, Kim? —camina hacia él.

—Mira quién habla —le dice, viendo levemente para abajo, porque los años han pasado y Taehyung es un poco alto —¿Quién mierda se ve así cuando va a trabajar?

Jungkook suelta una risa relajada.

—¿Tienes un espacio para mí?

—El tiempo que quieras —le da un beso corto, porque siguen estando en un espacio laboral y hay gente alrededor —Hanna —se gira —despeja mi agenda por el resto del día, saldré a comer... Y me llevaré los papeles del contrato Johnson.

Fire On Fire  ଓKooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora