𐀔ʾʾ🥥៹ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 40

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Jungkook levanta la copa y le guiña el ojo, luego bebe sidra de manzana, porque lleva sobrio un par de años

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Jungkook levanta la copa y le guiña el ojo, luego bebe sidra de manzana, porque lleva sobrio un par de años. Se limpia los restos del líquido con la lengua y sonríe con travesura, sus ojos brillantes y divertidos.

—Taehyung si no dejas de verlo, todos se van a dar cuenta que quieres cogerte a Jungkook en medio de la fiesta —se burla Seokjin.

—Es porque eso quiero hacer... Dios, debería de ser ilegal lucir así —se muerde el labio, porque Jungkook se ve tan apetitoso con el moño deshecho, la camisa abierta, los tirantes y los pantalones hechos a la medida por Calvin Klein —Realmente quiero que me ahorque con ese mechón que se le soltó del peinado.

—¡Kim Taehyung! —su mejor amigo casi se ahoga con un trago de whiskey —Eres asqueroso.

—Uno: ahora soy Jeon Taehyung. Dos: Jungkook se ve apetitoso y si estoy diciendo esto es por su culpa ¿quién lo dejó salir así de casa? —está genuinamente molesto –y caliente– al respecto.

—Bueno, hay un cuarto allá atrás en donde las novias generalmente van a arreglarse o cosas así...podrían... —levanta las cejas de forma sugestiva

—Jungkook jamás aceptaría, el hijo de puta es tan correcto y amable que diría que irnos de nuestra propia fiesta sería de mala educación.

Seokjin se ríe y le da unas palmadas en la espalda.

—Eres tan lindo —dice sarcástico.

—Es una de mis muchas cualidades, le añade al encanto —sonríe.

No sabe qué mierda se le mete a Seokjin ¿nostalgia? que el castaño –recientemente volvió a su color natural– lo abraza con fuerza.

—No tienes idea de lo feliz que me hace que estés con alguien como Jungkook y que después de todo... aún hayan encontrado el camino hacia el otro.

Taehyung le corresponde con cariño.

—Gracias, Jin —el alfa se separa y lo toma por los hombros.

—Eres mi mejor amigo y te amo y quiero que seas feliz siempre y nunca quiero verte llorar de nuevo —está sentimental gracias al alcohol, pero sus palabras son sinceras y a Taehyung se le derrite el corazón.

—Tu también eres mi mejor amigo y yo también quiero que seas feliz por siempre —le contesta.

Seokjin asiente y sorbe la nariz, le vuelve a palmear la espalda y se aleja con la excusa de que vio una omega bonita del otro lado de la pista. Taehyung por su parte se acerca a su esposo –qué bien suena– y lo aparta de algunos ejecutivos de Jeon Enterprises para bailar con él.

—Luce muy bien está noche, Señor Jeon —dice bailando al ritmo de una canción que seguramente escuchó en la radio alguna vez.

—Te diría lo mismo, pero no creo que haya palabras para describir lo... hermoso que te ves.

Taehyung sonríe y se bebe el último trago de su agua mineral –él tampoco está tomando por ser solidario con Jungkook y eso, aunque extraña ese sentimiento que le brindaba el tequila o vodka, prefiere apoyar a su esposo en la sobriedad– deja el vaso en una mesa por ahí y continúa bailando. No tienen el mejor ritmo, mucho menos los mejores pasos, pero la pareja se divierte como nunca y se ríen cuando hacen un movimiento gracioso.

Los minutos u horas, quién sabe pasan y de un momento a otro, alguien le está prendiendo un cigarro a Jungkook con una vela de bengala, que sacaron de sabrá Dios dónde, pero hay una canción de los días de club del Alfa y Taehyung sabe que está disfrutando tanto, porque Jimin está sacudiéndole el culo a Yoongi mientras Jungkook pretende lanzarles dinero y les grita obscenidades.

Y después, los invitados finalmente se van. La fiesta termina y Jungkook está encaminando a Taehyung a una Range Rover negra, el chofer les abre la puerta con una sonrisa. Se suben a los asientos traseros y Taehyung está seguro de que está por volverse loco, porque Jungkook lo besa con fuerza, estrellando sus dientes, chupando ligeramente su labio inferior y el omega puede oler perfectamente el perfume Sauvage de Dior que el más grande usa, mezclado con sudor y su esencia a bosque y café.

Definitivamente va a perder la cordura.

El alfa entierra su nariz en el cuello de Taehyung, buscando su esencia y teniendo dificultad para encontrarla.

—Quiero morderte —Jungkook le susurra solo para que él escuche. El rizado siente los caninos de su esposo en su cuello, le provocan escalofríos y ahoga un gemido porque el chófer está ahí, así que intenta controlarse —Quiero follarte hasta que te olvides de tu propio nombre... —dice en voz ronca, mordiéndole levemente el lóbulo.

Oh Dios.

—Koo... —dice tembloroso.

Puede sentirlo sonreír contra él, presumido y arrogante.

—¿Pasa algo? Te noto... inquieto —hijo de puta.

Jungkook se aleja con una sonrisa, respira profundo y un brillo de molestia le pasa como flash en los ojos, el semblante le cambia, decae.

—No puedo olerte.

El corazón de Taehyung se rompe en mil pedazos, la calentura que sentía...sigue ahí, pero en un plano menor.

—No lo necesitas para saber lo que siento —le toma la mano y la pone sobre su propio pecho —Esto es por ti —dice sobre si pulso acelerado —Te amo.

El trayecto es silencioso, el chofer sube un poco el volumen de la radio y Taehyung lo puede ver sonreír con diversión por el retrovisor. Cuando llegan a la casa, el beta se baja del auto y les abre la puerta.

—Buenas noches —les dice antes de que entren a la casa.

Y de repente, Taehyung está ansioso de nuevo, porque el maldito de Jungkook se está tardando años con las llaves, así que se las quita y abre él mismo la puerta.

—Te odio.

—No, no lo haces —contesta altanero.

Ni de cerca.

Es tan odiosa su actitud y el hecho de que lo caliente tanto la confianza que Jungkook tiene en sí mismo es... agh. Así que lo besa contra la puerta, estrellándolo sin cuidado.

—Eres insoportable.

—Ajá —Taehyung mueve sus labios de la boca de Jungkook hasta el cuello, dejándole un chupetón, el Alfa está intentando aguantar, no quiere ceder —¿Qué más?

—Insufrible —baja hasta el hueco entre el cuello y el hombro, donde Taehyung lo mordió años atrás. Abre la boca y saca la lengua, la pasa por la cicatriz y siente al mayor temblar ante el toque —Y mío.

—Completamente.

Los ojos del omega se oscurecen ante aquella declaración.

—Vamos arriba.

Se tropiezan en el camino, subir las escaleras intentando no romper un beso resulta ser más difícil de lo que las películas muestran, pero abren la puerta de su habitación y Taehyung sabe que esa noche será diferente a las demás.

Se tropiezan en el camino, subir las escaleras intentando no romper un beso resulta ser más difícil de lo que las películas muestran, pero abren la puerta de su habitación y Taehyung sabe que esa noche será diferente a las demás

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Fire On Fire  ଓKooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora