II

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"Si hay algo que odio de ti, es la manera en la que me miras, esa maldita mirada..."





Pase toda la tarde con Bill, y fue al entrenamiento de Max conmigo.

—Max, de verdad que dominas muy bien el balón eh—dijo Bill, mientras entrábamos de nuevo a mi casa.
—Gracias Bill, algún día podré enseñarte para que dejes de patear chueco el balón— respondió Max entre risas, a lo cual Bill y yo reímos también.
Max subió a su habitación y Bill se quedó en la entrada.
—Tengo que irme Cam, es algo tarde y tenemos tarea que hacer— me abrazo en forma de despido, para darse la vuelta y dirigirse a tomar camino hacia su casa.
—Te veo mañana— el solo volteo y me levanto la mano en forma de despido.

Tom.

Después de estar toda la tarde con mis amigos me fui a mi casa, al ver que Bill y mamá aún no llegaban, me fui directo a mi habitación.

—¿qué pasa contigo?— me sobresalte en mi cama cuando vi a Bill parado en mi puerta, así que aparte mi teléfono de mi vista.
—No te escuché llegar, ¿en que momento...— no me dejo terminar.
—Eso importa un carajo, deja en paz a Camille ya— se cruzó de brazos y yo le medio sonreí y me acomode en mi cama— ¿por que no solo buscas que más hacer? ¿Sabes que lloro por lo que hiciste?— me puse de pie frente a mi hermano.
—Me importa una mierda si lloro o no, simplemente me aburrió la clase y ella estaba frente a mi— me volví a sentar en mi cama y Bill frotó tu tabique con su índice y su pulgar, mientras que su otra mano la tenía en sus caderas, la verdad esa imagen de mi gemelo frustrado por el "sufrimiento" de su mejor amiga se me hizo graciosa.
—Deja de ser tan miserable con Camille, es mi mejor amiga y no me quiero encontrar entre la espada y la pared Tom— solté una risa pero Bill solo frunció el ceño— en serio Tom, déjala en paz, no es la primera vez que te lo pido—
— Solo me divierte ver como intenta defenderse, se ve tan indefensa la pobre—
—Solo aléjate de ella... ¿o aún no superas el que te haya rechazado?— mi semblante cambio a uno serio y el de mi hermano a uno burlón, pues era algo que solo sabíamos los 3, a decir verdad no me afecto en lo absoluto, una más una menos.

Tom, Tom, mi querido Tom... deja de engañarte, tú sabes realmente lo qué pasa por tu cabecita referente a ese tema... y a esa chica.

—Cállate, no es verdad, eso me da igual hay muchas más chicas y mejores que Jones— me puse de pie y busque una sudadera— No es la primera vez que me pides que la deje en paz, y tampoco será la última— le guiñe un ojo y salí de mi habitación dejando a Bill con la palabra en la boca.
Al bajar las escaleras me percaté que mi madre estaba poniendo la mesa para merendar.

—Cariño, ¿saldrás ahora?— dijo mientras miraba el reloj.
—Si, no tardaré mucho, merienden sin mi ma— me acerque y bese su mejilla— Te quiero—
Bill y mi madre son todo para mi, mi única familia, desde que murió mi padre yo me sentí con la responsabilidad de cuidar de ambos, a pesar de que Bill es terco y se junta con esa niña que no pienso nombrar, lo quiero, es mi otra mitad y por él daría mi vida al igual que con mi madre.

•Tom:
-Niña estoy afuera de tu casa, sal antes de que me arrepienta.

Camille:
-¿Disculpa? Ni loca salgo ¿vienes a cortarme todo el cabello? ¡No gracias!

Tom:
-Camille, es en serio sal.

•Camille:
-¡Deja de joder!

Camille es como Bill, muy terca y ahora entiendo porque se llevan tan bien. No respondí su mensaje y me baje de mi auto, así que decidí tocar la puerta de su casa y me abrió Max, su hermano.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora