XIX

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Hoy era el tercer día desde que Tom había tenido aquel accidente y aún no despertaba, también hoy ya nos dejarían entrar a verlo, ya no solo a través del cristal.

—¿Como está Simone?— preguntó mi madre mientras desayunábamos, era domingo y hoy también iría al hospital.
—Triste, es feo para ella ver a su hijo en ese estado— dije jugando con la fruta picada que tenía en mi plato.
—Me imagino... ¿hoy irás también?— suspire y mire a mi madre.
—Si... Bill quiere ir a ducharse, ha estado ahí estos tres días y ayer Simone fue a ducharse mientras nos quedábamos Bill y yo unas horas— mi madre me dio una mirada de compasión, al segundo día del accidente fue al hospital a darle su apoyo a Simone y a Bill, Max también había ido, a pesar de lo que Tom me hizo, mi familia no tenía el corazón de desearle todo lo que le había pasado.
—¿Tu que harás hoy enano?— cambie de tema.
—Saldré con Alessia y supongo que ya— se encogió de hombros y yo le regalé media sonrisa, últimamente ya no lo veía tan emocionado con ella, ni a ella con él...
—¿Y tú mamá?—
—Iré a ver a tu tía, se enfermo de gripe y quiero llevarle unas cuantas cosas—
—Oh, bueno le das mis saludos y que se mejore pronto— me puse de pie y dejé mi plato en el fregadero— me voy, hoy ya podremos entrar a verlo— mi mamá y Max me miraron un poco sorprendidos.
—Eso es bueno, podrán estar con él más de cerca— dijo mi madre y yo solo asentí— vete con cuidado, cualquier cosa llámame— tome mi pequeño bolso y salí a tomar algún taxi.

Llegue al hospital y me dirigí al pasillo en donde se encontraba la habitación de Tom. Cuando llegue vi a Bill sentado y recargando su cabeza en la pared con los ojos cerrados, creí que estaba despierto pero me di cuenta de que no era así cuanto tuve que hablarle un par de veces.

—Bill... nene... hey...— abrió sus ojos poco a poco y bostezó.
—¿A qué hora llegaste?— me preguntó frotándose los ojos con sus manos para despejar su vista.
—Voy llegando— el asintió y se estiro un poco— ve a ducharte y descansa un poco, yo me quedo ya sabes— se veía muy cansado, no era nada fácil estar aquí y dormir en las sillas incómodas, tenía la misma ropa de hace tres días y no me sorprendía que no le importase estar así, su gemelo estaba en estado de coma y no quería moverse ni un segundo de aquí.
—Solo iré a ducharme— se puso de pie y yo también.
—Descansa un poco Bill, lo necesitas— le toque su brazo y me miró dudoso.
—Cualquier cosa llámame Cam, así sea lo más mínimo, por favor— me miró con ojos tristes, sabía perfectamente que Bill la estaba pasando muy mal, estaba enojado con Tom pero nunca hubiese querido que le pasara algo así.
—Sabes que lo haré...— acaricie su mejilla— ¿y tú madre?— pregunté una vez que me di cuenta que no estaba por ninguna parte.
—Fue a comprar algo para desayunar, la comida de aquí no es muy buena— soltamos una ligera risa, porque era verdad, era mejor comer algo de afuera que si tuviera sabor.
—Bien, le avisaré que te fuiste a duchar y descansar un poco— asintió y se fue.
—Cam...— me llamo y yo gire mi vista, venía de nuevo hacia a mi— por favor, en cuanto las dejen entrar avísame— lo mire comprensiva y asentí.
—Por nada del mundo no lo haría nene, quédate tranquilo— no dijo más y se fue ahora si.

Después de unos minutos llego Simone quien ya había desayunado.

—Hola cariño— me dio medio abrazo una vez que se sentó a un lado mío— ¿Y Bill? Le traje un emparedado aunque no quería pero aún así— le di media sonrisa, a pesar de que se veía tranquila se podía ver en sus ojos la angustia, preocupación y tristeza que tenía por ver y tener a su hijo así.
—Fue a ducharse y a descansar un poco—
—Bueno, entonces guardare esto por si en algún momento alguien tiene hambre— soltó una ligera risa contagiándomela y después suspiró.
—Cam...¿te puedo hacer una pregunta?—
—Eh... claro—
—¿Todavía amas a Tom?— baje la mirada y vi que puso su mano sobre la mía— sino quieres responder... esta bien—
—No es eso... es solo que...— inhale y exhale— si, aun lo amo... por eso estoy aquí, por eso no me importa desvelarme, o dormir incómodamente por estar aquí... quiero estar aquí porque si... aún lo amo Simone, como no tienes una idea...— se me formó un nudo en la garganta y Simone me sonrió con compasión.
—¿Sabes...? Tom también aún te ama... y también te extraña...— me mordí el labio inferior tratando de evitar mis lágrimas— no sé exactamente qué pasó porque Tom no quiso hablar sobre eso estos dos meses desde que terminaron y Bill siempre dice que no le corresponde a él contármelo... pero Cam...— tomó mis dos manos— Tom te ama, últimamente actuó de mala manera, emborrachándose y llegando en la madrugada a casa y faltando a la universidad...— se le cortó un poco la voz— ¿que pasó Cam? ¿Qué pasó entre ustedes?— pasó lo que no quería que pasara, que Simone me pidiera hablar de ese tema cuando estuviéramos solas. ¿Como le explicaba que su hijo que estaba en coma y muy herido me engañó y me traicionó?
—Simone... yo...—
—Por favor Camille, soy su madre y me dolía verlo tan mal, lloraba casi todas las noches y jamás me dejo hablar con él, solo se encerraba...— se le escapó una lagrima y yo estaba apunto de llorar— ¿por qué terminaron tan mal Cam? ¿Por qué incluso entre Bill y Tom las cosas se tornaron difíciles?— me miró suplicante y decidí contarle todo de la mejor manera, claro que me reserve el enseñarle las pruebas usando de pretexto que las había borrado pero no era así, aun las tenía.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora