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•Tom:
-Camille ¿podemos vernos?

No sabía si responder, o ignorarlo porque sinceramente no me esperaba ese mensaje, entonces decidí llamar a Bill.

—¡Hola mi vida!— escuché al otro lado de la línea.
—¿Estas ocupado?— le pregunté.
—No ¿qué sucede?—
—¿Estas con Tom? O ¿está cerca?— se quedó en silencio unos segundos.
—No ¿que pasa?— respondió.
—¿Seguro?—
—Que si Camille yo estoy en el sofá de la sala y él está en su habitación ¿que te traes ahora?— suspire y fui al grano.
—Me envió un mensaje preguntándome si podíamos vernos— silencio total— ¿Bill?— escuché un suspiro de su parte.
—Dile que si—
—¿Qué? Pero...— me interrumpió.
—Tom ya sabe la verdad, se lo dije esta tarde— me pegue en la frente con la palma de mi mano— solo resuelvan esto Cam, déjense de niñerías— soltó un tanto frustrado.
—Es que... no sé cómo reaccionaré, no sé si me dirá la verdad... Bill, no sé si confiar en él—
—Mira Cam...— bufo— escúchalo, todo tiene una explicación y yo ya la sé, así que solo dale la oportunidad—
—¿Si estoy hablando con Bill Kaulitz?— ambos soltamos una risa— broma nene... está bien, creo que le diré que si en este momento— me despegue mi celular de la oreja y sin colgar la llamada con Bill le respondí a su gemelo.

•Camille:
-De acuerdo ¿en donde?

•Tom:
-Voy para tu casa.

—¿Ya le respondiste verdad?— escuché la voz de Bill en mi teléfono.
—Si ¿por qué?— volví a colocar mi teléfono en mi oreja.
—Bueno acaba de salir de casa como si tuviera alguna urgencia— ambos reímos— ni siquiera se despidió— dijo entre risas.
—Bien, te dejo nene, ya te contaré mañana—
—De acuerdo, y tranquila, verás que se solucionará todo— solté un bufido— te amo, nos vemos mañana—
—Te amo— y colgó.

Comencé a sentirme nerviosa, su casa estaba a dos calles de la mía, no se hacía ni diez minutos en venir y si venia en su auto estaría aquí en menos de cinco minutos...

•Tom:
-¿Quieres que entre o prefieres salir? Quiero decir si quieres que baje de mi auto y toque la puerta de tu casa...

•Camille:
-Ya salgo.

No recibí respuesta, y sinceramente no la esperaba ante ese mensaje. Tome una sudadera (una que le robe a Bill) y me la puse para salir.

—Estaré afuera, no tardo— le dije a mi madre que se encontraba mirando una película con Max.
—¿Vino Bill?— dijo Max.
—Eh... no— me rasque la nuca nerviosamente.
—Max amor, no es de tu incumbencia— le dijo mi mamá— ¿quien te espera afuera?— suspire.
—Tom, el hermano de Bill— ambos se miraron y se sonrieron.
—No tardes— dijo mi madre y se giró hacia la televisión de nuevo al igual que Max.

No dije más y salí, en cuanto él se dio cuenta se bajo de su auto.

—Cam...— se quedó frente a su auto y yo me fui acercando a él— ¿quieres ir a algún...— lo interrumpí.

—No, está bien, aquí podemos hablar le dije a mi madre que estaría afuera— me miró indeciso pero accedió— ¿Y bien?— me crucé de brazos y Tom se rascó la nunca haciendo una mueca, después cerró sus ojos, tomó aire y lo sacó mientras abría sus ojos.

—Se todo...— desvíe mi mirada— me lo contó Bill— obviamente no le diría que yo ya lo sabía— y ahora quiero que tú sepas todo Cam— baje mi mirada, sinceramente estaba esquivando su mirada, sabía que me estaba mirando fijamente y contra eso yo no podía.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora