XX

145 9 2
                                    


Hoy ya eran tres semanas desde que Tom estaba en este hospital en coma. Era viernes y saliendo de la universidad me vine con Bill, hoy solo estaría unas cuantas horas ya que dos días seguidos pase la noche aquí, Simone enfermo de gripe y apenas se sintió mejor, han sido semanas pesadas y difíciles pero no perdemos la fe de que Tom despertará pronto, es muy fuerte y lo logrará... eso si no hemos descuidado la universidad, si acaso hemos faltado tres días Bill y yo, Simone pidió un permiso en su empleo y por supuesto que entendieron, no era una cosa de nada tener a un hijo internado y en estado de coma.

—¿sabes de que me acordé?— dije mientras le pasaba la esponja húmeda por su cuerpo, claro en partes externas— cuando cortaste un mechón de mi cabello...— sonreí— y cuando fuiste a pedirme perdón a mi casa también...— suspire y mojé de nuevo la esponja— ¿recuerdas cuando nos vimos por primera vez y cuando te rechacé?— solté una risa triste— yo si... recuerdo también cuando Bill y yo fingimos ser pareja y nos obligaste a besarnos...— pase de nuevo la esponja por su rostro dando pequeños toques— quería golpearte sinceramente... hicimos tantas cosas tan estúpidas y terminamos siendo novios...— suspire de nuevo y sentí que se formaba un nudo en mi garganta— y ahora ya no lo somos...— limpié una lagrima que se me escapó— solo espero que esta vez Elena y tú hagan las cosas bien... sé que querrás estar con ella en cuanto recuperes la conciencia... te amo Tom, y no me molesta cuidarte...— le acaricie su fría mejilla mientras mis lagrimas salían— en verdad quería estar contigo...— me mordí el labio inferior y escuché que se abría la puerta, así que limpié mis lágrimas enseguida.

—Hola— era Bill.
—Hola— le respondí apartando lo que había utilizado para "duchar" a Tom.
—¿De nuevo llorando?— dejó su mochila en el sofá y se acercó a abrazarme.
—Me duele tanto verlo así Bill— lo abracé por la cintura.
—Y también te duele lo que pasó con él ¿no?— asentí y comencé a llorar de nuevo— ay Cam... ya no sé qué decir o hacer— me abrazo más fuerte.
—Nada, él y yo hemos terminado, solo quiero que despierte... después de eso él y yo tomaremos nuestro camino por separado— me separe de Bill y me miró con pena.
—Supongo que es lo mejor... a final de cuentas quieres estar... con... ya sabes...— yo asentí, pues eso fue lo que vimos en sus mensajes con Elena.

Estuve un rato más ahí con Bill y decidí irme a casa a descansar y ducharme.

—Llegue— dije entrando a casa, mi madre salió de la cocina y se acercó a besar mi mejilla— ¿Y Max?— dije yendo a la cocina detrás de mi madre.
—Fue a ver a Alessia, dijo que tenía que hablar de algo muy importante con ella— hice un gesto con el rostro y me senté en un banco de la barra alta.
—¿Estas bien?— preguntó mi madre parándose frente a mi.
—No...— y comencé a llorar, mi madre me abrazó y yo me aferré a ella como cuando tenía 5 años y me había asustado por una pesadilla— lo extraño tanto mamá...—
—Mi cielo...— acariciaba mi cabello mientras yo sollozaba en su pecho— va a despertar ya lo verás... y podrás hablar con él...—
—Yo vi todo mamá, hay pruebas de lo que hizo...—
—Pero no lo has escuchado...— mi madre tenía razón pero las pruebas eran contundentes.
—Solo quiero que todo esto acabe, quisiera arrancarme este dolor de una buena vez, aun lo amo mamá y todos los malditos días lo extraño...— dije entre sollozos y el abrazo de mi madre se volvía más fuerte— cuanto necesito a papá ahora— mi mamá suspiro.
—Me tienes a mi, mi niña— había pasado mucho desde que mi papá había fallecido y aún así seguía necesitándolo— y sé que tu padre está contigo siempre, con nosostros mi cielo— asentí solo con la cabeza.

Estuve un rato más así con mi madre hasta que me calme un poco, me preparo algo para cenar y fui a ducharme y a descansar.
Cuando estaba cepillando mi cabello frente a mi tocador, mire la tira con 4 fotos que tenía con Tom, habíamos entrado a una cabina en una ocasión que fuimos al parque de diversiones y él se llevó solo una, más bien yo solo lo dejé llevarse una. No me atrevía a tirarla o romperla, el collar que me regaló lo guarde al igual que todos y cada uno de sus obsequios.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora