XVIII

156 9 2
                                    


•Tom:

Me desperté aturdido y estaba en el sofá de Elena... no sabía que había pasado pero todo me daba vueltas, estuve un rato tratando de recuperar la conciencia y recordé que de repente me desmayé y...¡mierda! Mire a la hora, casi las 10 de la noche ¿que? ¿Tanto tiempo quede inconsciente?

—Por fin despiertas...— me gire y Elena estaba sentada en una silla del comedor.
—¿Que... me pasó?— me levante despacio del sofá.
—Te desmayaste Tom...—
—No entiendo... ¿Que me hiciste Elena?— empecé a sospechar de ella.
—Yo nada...— dijo tranquila.
—Debo irme, tengo que hablar con Camille...— dije dirigiéndome a la puerta.
—Suerte con eso...— dijo en un susurro apenas audible.
—¿Perdón?— me gire hacia ella.
—Nada, gracias por venir Tom— no dije más y salí de ahí ¿como es que me desmayé por cinco horas? Algo andaba realmente mal, y lo presentía muy muy fuerte. Comencé a llamar a Camille y no me respondía ¿como le explicaba a mi novia?

Llegue a su casa a pesar de la hora y la luces estaban apagadas, llame al número de Max y salió a abrirme.

—Hey Tom...—
—¿Y tú hermana?— me miró extrañado.
—Pensé que estarían juntos hoy— suspire frustrado.
—Tuve un grandísimo inconveniente ¿le puedes decir a Cam que estoy aquí? ¿O mejor subo?— dije intentando pasar pero Max me detuvo.
—Camille no está Tom, por eso me extraña que estes aquí— en ese momento mi corazón latió con fuerza.
—¿Que... como que no está?—
—Llamó a mamá diciéndole que ya no estaba en casa y que pasaría la noche fuera— ¿que mierda?
—¿No dijo donde?— Max negó con la cabeza.
—Mi mamá no le preguntó, estaba segura que Cam estaba contigo...— me pase las manos por mi cabeza frustrado— ¿Pasó algo?— preguntó Max.
—Eh... no, llamaré a Bill quizá está con él— Max asintió y me fui de ahí ¿que estaba pasando?

Llame al teléfono de Bill varias veces y no respondía, así que mejor le llame a Lidya.

—Tom... hola— dijo del otro lado de la línea.
—¿Bill está contigo?— dije apurado, estacionado aún fuera de la casa de mi novia.
—Eh... si, aquí está— suspire.
—¿Me lo puedes pasar por fa?— hubo un silencio y de repente escuché la voz de mi hermano.
—¿Que necesitas?—
—Bill... por Dios, te llame varias veces y no respondiste—
—Ah si, perdón mi teléfono está cargando en el cuarto de Lidi ¿que necesitas?— se escuchaba... ¿molesto? ¿Enojado?
—¿Sabes algo de Cam? No responde mis llamadas y... tuve un grandísimo problema y quiero explicárselo...— Bill me interrumpió.
—Vete a la mierda Tom, no vuelvas a molestar a Camille— y me colgó ¿PERO QUE MIERDA PASABA?

No la pensé y me dirigí a la casa de Lidya, una vez que llegue me baje rápido de mi auto y comencé a tocar a la puerta hasta que abrió Lidya.

—Tom... ¿que— no la deje terminar cuando entre a su casa.
—¡Bill!— este salió de la cocina.
—¿Que haces aquí?— me miró con el ceño fruncido.
—¿En donde está Camille?— mi hermano se cruzó de brazos y se acercó a mi.
—Eres un imbecil Tom, te dije que si lastimabas a Camille yo mismo me encargaría de alejarte de ella— me dijo realmente enojado.
—¿De que hablas?— le dije ya en tono fastidiado.
—¡Cabron de mierda eres Tom!— me dijo alto y me sorprendí por la manera en que me hablo.
—¿Disculpa? ¿Así hablas en la casa de tus suegros?— río cínicamente mi gemelo.
—No están, y eso no es tema, lárgate de aquí— se me acercó más.
—¿Quien te crees tú para hablarme así y correrme?— lo encare.
—El mejor amigo de Camille y el novio de la chica que vive aquí ¿algo más?— iba a hablar pero Lidya se metió.
—Chicos... no creo que sea buen momento para ponerse a discutir— se puso en medio de ambos y la miramos— Tom, por favor...—

Y en eso la escuché, iba bajando las escaleras.

—Lidi... no, está bien— iba con un pants y la sudadera que le robó a Bill, vi sus ojitos y estaban hinchados, no llevaba maquillaje ya y tenía el cabello recogido en un moño improvisado.
—Cam... regresa a...— esta vez habló Bill pero Camille lo interrumpió.
—No soy una niña pequeña Bill— algo tenía Camille, estaba seria y sus ojitos no brillaban como siempre— Lidya ¿puedo...?— le hizo una seña como si fuera a subir de nuevo y Lidya enseguida asintió— arriba— fue lo único que me dijo y subió de nuevo.
Mire a mi hermano y a Lidya, Bill me veía furioso y Lidya me veía preocupada, creo estaban muy furiosos por haber dejado plantada a Cam en un día tan especial.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora