Alubarna, Alabasta
- Padre, padre
Los pasos de unas pequeñas zapatillas se escuchaban por los largos pasillos de aquel gran castillo.
Una pequeña niña toco con fuerza la puerta del cuarto de su padre; era tan pequeña que a duras penas alcanzaba la perilla, dio un par de brincos logrando que la gran puerta de madera se abriera con ella aún colgada de la perilla.- Padre, mira lo que encontré.
La pequeña corrió hasta la cama trepándose en esta hasta encarar al ya dormido rey de Alabasta.
El viejo aún seguía con los ojos cerrados mientras la contraria trataba de llamar su atención.- ¡ PADRE !
Le grito en el oído provocando que el Rey se levantara de golpe lanzándola por los aires.
- Qué ? Guerra ? Nos atacan ?
Preguntaba semidormido a los pies de la cama comenzó a escucharse el sollozo de La Niña.
- Charlotte? Eres tú ?
Dijo el padre más tranquilo bajándose de la cama para llegar con su ahora herida hija.
- Estás bien ?
Se sentó a su lado mientras la contraria negaba con la cabeza mostrando su rodilla algo morada.
- Ya veo, ¿sabes con que se quita eso ?
La pequeña volvió a negar mientras tenía su vista clavada en el contrario.
- Con un besito.
El mayor se acercó a su rodilla dando un suave beso en la herida provocando una ligera risa en su hija.
- Ya no duele ?
Pregunto al alejarse.
- Nop
Volvió a sonreír la pequeña.
"Mi papi es un mago"
Pensó muy ilusionada mientras se ponía de pie y limpiaba un poco su pijama.- Por que viniste mi pequeño sol ?
La pequeña pensó un par de segundos antes de buscar eufórica por el piso en busca del objeto que había encontrado.
- Mira, este collar estaba en uno de los viejos libros de mamá.
Levantó un pequeño collar con una piedra roja en el centro.
- Asi que otra vez te estuviste escabullendo en la biblioteca.
Regaño el mayor mientras examinaba el collar.
- Lo siento, es solo que ...
La pequeña levantó la mirada, sus ojos brillaban de emoción.
- sus libros aún huelen a ella, cuando estoy ahí siento que ella aún está conmigo; puedo escuchar su risa.
El mayor la vio nostálgico pensando en lo mucho que la pequeña debía extrañar a su madre, le colocó el collar en el cuello recordando cómo había visto a su mujer usándolo.
- Es todo tuyo.
La pequeña tomó la joya para después lanzarse a los brazos de su padre, el mayor río mientras despeinaba su cabello.
- Ven, podrás dormir conmigo esta noche.
Se levantó del piso del piso con la pequeña en brazos.
- Y que es ?
Mencionó la pequeña acurrucada en el pecho de su padre admirando el collar.
- Es un rubí querida.
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La Oveja Negra Del Desierto
Hayran KurguPor que todo el mundo la ve a ella ? Qué hay de mi ....