— ¡Ya llegamos! — anuncia Deniel mientras entramos a la casa.
Yo miro todo mi alrededor con detenimiento ya que la primera vez que estuve aquí no me dio tiempo de nada, bueno aparte de abofetear a una chica e insultar al hermano mayor de Italia, pero esos son simples detalles sin importancia. Ahora que veo el interior de la casa con más detenimiento me doy cuenta que las paredes no son blancas como las de afuera, estas son un poco más oscuras tocando a ser grises, hay cuadros de pinturas por todas ellas e incluso hay fotos de los cuatro chicos junto a un señor que se le ve mayor, el cual supongo es su padre.
— Tierra llamando a Grecia — escucho decir a Deniel.
— ¿Hmm? — musito mientras me giro a verlo.
— Te estoy hablando desde hace rato ¿Estas bien? — cuestiona y me observa curioso.
— Ah, sí, solo observaba los cuadros — espeto. — ¿Que me decías? — cuestiono.
— Ya. Te decía que tu habitación está en la segunda planta y que me siguieras para poder enseñártela — me explica.
— Ah, esta bien — digo mientras él empieza a caminar con dirección a las escaleras mientras lo sigo.
Al subir al segundo piso puedo observar seis puertas completamente iguales, hay tres del lado izquierdo y tres del lado derecho.
— Esa es tu habitación — dice y señala la segunda puerta a la derecha. — Está completamente amueblada, además de que Italia le agregó algunas cosas que pensó te gustarían, solo debes desempacar. Cuando termines baja a la cocina, Demián te explicara lo que debes hacer — dice para luego irse.
Yo solo lo observo hasta que esta fuera de mi campo de visión y luego me dirijo a la puerta que señaló hace un momento. Al entrar me quedo anonadada al observar todo lo que se encuentra en ésta.
Hay una cama de tres puestos con edredones grises y almohadas blancas, al lado izquierdo hay una puerta que supongo es el baño, a los costados de la cama hay una mesita de noche en cada lado con dos cajones, en la pared frente a esta hay una puerta que debe ser el armario y al lado en la parte superior hay un televisor de pantalla plana, pero eso no es lo sorprendente, lo sorprendente y lo que más me ha gustado son las paredes las cuales están llenas de estanterías repletas de libros y una que otra pequeña planta, sin duda eso es lo mejor de la habitación y llámenme anticuada si quieren pero prefiero los libros más que cualquier otra cosa en la vida.
Luego de admirar la que ahora sería mi nueva y perfecta habitación procedí a desempacar mis cosas y organizarlas en el armario, luego de un rato, o mejor dicho de una hora y media más o menos, termine de organizar todo así que salí de la habitación y baje hasta la cocina para encontrarme con Demián como me había dicho Deniel, al llegar no encontré a nadie, ni a Demián ni a ninguno de los chicos así que me quedé observando un poco la cocina. Note que habían varios estantes y alacenas de madera oscura, muchos utensilios que a simple vista se notaban que eran caros y que ni vendiendo un riñón podría comprar, habían dos neveras, un horno y muchas cosas más. Al fondo de ésta se encuentra una puerta de cristal o mejor dicho algo que simula serlo, esta da vista al jardín trasero donde hay varias sillas playeras y una piscina en medio de todo el jardín.
— Otra vez estas por las nubes ¿O que? — Escucho que dicen tras de mí.
— De nuevo, solo observaba — digo al ver que es Deniel.
— ¿Sorprendida? — cuestiona mientras frunce el ceño.
— Sí, no todos vivimos entre lujos como estos — digo dándole una última mirada a todo. — En fin ¿Donde esta Demián? Se supone que él me explicaría el trabajo ¿no? — cuestiono.
— Así es, pero, debido a que salió en busca de Italia, te lo explicaré yo — dice mientras toma asiento en una de las sillas que se encuentra alrededor de la pequeña (bueno no tan pequeña) mesa que se encuentra en medio de la cocina.
— ¿Y donde esta Italia? No la he visto desde que llegue — cuestiono.
— Está en clases de Violín — espeta. — Bien las cosas van así, podrás quedarte con nosotros mientras cuides de Italia, debes llevarla a sus clases, ir por ella, ayudarla en alguna tarea o cosa que no entienda, pasar tiempo con ella en cosas como juegos o cosas de chicas que nosotros no podemos hacer, debes ayudarla a practicar con sus instrumentos y tener en cuenta su dieta alimenticia. Aquí en la casa cada quien hace sus cosas por separado excepto la cena, para hacerla cada quien se turna menos Italia obviamente. — explica — Se te darán varios beneficios aparte de estadía, pago y comida, también podrás tener un horario de descanso para que puedas realizar tus cosas personales o lo que sea, todo eso mientras realices debidamente tu trabajo, claro está — termina de explicar.
— Puedo preguntar ¿de cuanto es el pago y de que beneficios me hablas? —
— El pago sería de 20mil dólares más una tarjeta de crédito ilimitada solo para compras en los almacenes Hale y transporte, esos vendrían siendo los beneficios — dice mientras lee en su teléfono.
— ¿¡Una tarjeta de crédito ilimitada!? — cuestiono sorprendida.
— Solo para compras en los almacenes Hale — repite.
— ¿¡En lo almacenes Hale!? ¿Hablas de la gran cadena de almacenes más famosos en todo los Ángeles, la que le pertenece al gran empresario y famoso Gabriel Hale? — vuelvo a indagar con sorpresa.
— ¿Por qué te sorprendes tanto? No es como si nuestro padre fuera tan famoso — dice restándole importancia.
— Espera... ¿¡Gabriel Hale, es tu padre!? — vuelvo a preguntar.
— Grecia, preciosa ¿podrías dejar de sorprenderte tanto? — dice con un tono relajado.
— Lo siento es que no sabia que eran sus hijos, además de que soy una gran admiradora de su trabajo — digo ignorando el hecho de que me haya llamado "preciosa" .
O sea, no estoy nada mal físicamente pero nunca nadie me había llamado así y pues me daba algo de vergüenza que lo hicieran.