Capítulo 15

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— Italia ¿Ya estas lista? — cuestiona Demián mientras entra a la cocina.

— No quiero ir a la escuela — se queja la pelirroja.

— No es si quieres, es que debes — espeta el castaño.

— ¿Y por que no me lleva Grecia? — chilla.

— Porque Demián teme que si me encuentro con el tal Jake lo golpeé y termine nuevamente en la estación de policía como ayer — explico mientras muerdo una manzana.

— Correcto. Ahora vámonos — ordena Demián e Italia lo sigue de mala gana.

Termino de comer mi manzana y me dirijo fuera de la casa en busca de mi moto. Soy la única que queda en la casa ya que a los chicos los solicitaron a primera hora en la escuela, creo que era algo acerca de un proyecto de química.

— ¡Grecia! — gritan tras de mí.

— ¡Aaah! — grito del susto. — Atena, ¿¡pero que mierda!? — digo exaltada al girarme y ver a ya dicha castaña.

— Lo siento, lo siento. No quise asustarte — se disculpa rápidamente.

— Ya. ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en la escuela registrándote y todo eso — musito.

— Es que me olvide que debía empezar hoy y me quede dormida — dice mientras rasca su nuca algo avergonzada.

— Ay Dios — suspiro. — Vamos, yo te llevo — digo mientras me subo a la moto.

— Gracias — dice y copia mi acto.

Nos ponemos los cascos, porque la seguridad es primero, y luego nos ponemos en marcha con dirección a la escuela. El camino hacia dicho destino fue en silencio, algo que agradezco ya que si Atena me hubiera hablado se me habrían olvidado los planos que venia haciendo en mi cabeza para el proyecto de mi Jarvis. Luego de un rato más manejando por fin llegamos a la escuela, estaciono la moto en uno de los lugares junto a la puerta del estacionamiento para que no sea difícil sacarla después y luego guio a Atena a la oficina del director para que empiece a registrarse.

— Buenos días — saluda Roma llegando a mi lado.

— Buenos días, Roma — saludo de vuelta.

— ¿Que haces ahí parada? ¿Te metiste en problemas? — dice mientras me ve y luego ve hacia la puerta de la dirección.

— No, es que...

— Grecia, adivina qué — me interrumpe Atena mientras sale de dicha oficina. — Ah, hola, Roma — saluda la castaña al ver a la antes mencionada.

— Hola — dice la rubia con una sonrisa.

— ¿Que me ibas a decir? — cuestiono al recordar lo que dijo hace un momento.

— Ah, sí, que veremos clases juntas — dice mientras sonríe.

— Que bien, estamos las tres juntas — dice Roma.

— ¿Que formación profesional escogiste? — cuestiono.

— ¿Formación que? — cuestiona confundida.

GRECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora