𝗔𝗥𝗥𝗘𝗚𝗟𝗔𝗥 ʏᴜɴᴋɪ

⁴⭑

Jake despertó con una sonrisa radiante en su rostro. Era un día especial, un día en el que por fin tendría todo el tiempo libre para disfrutarlo como quisiera. No había tareas pendientes, ni reuniones, ni responsabilidades que le robaran ese valioso tiempo. Hoy y mañana serían sus días, y estaba emocionado.

Pero lo que hacía que esos días fueran aún más especiales era la posibilidad de pasar tiempo con Ni-ki, quién también tendría esos dos días para descansar.

Con el corazón lleno de emoción y anticipación, Jake buscó incansablemente a Ni-ki en cada rincón de la casa. La ilusión se reflejaba en sus ojos, esperando encontrarse con su amado compañero. Sin embargo, a medida que exploraba habitación tras habitación, una sensación de tristeza y decepción se apoderaba de él al darse cuenta de que Ni-ki no estaba allí. ¿Habrá salido con Heeseung nuevamente? Jake se preguntaba angustiado por qué Ni-ki no le había avisado de su partida.

A pesar de la tristeza y decepción que Jake sentía al no encontrar a Ni-ki en casa, decidió que no permitiría que eso arruinara sus días juntos. Con determinación en su mirada, Jake se prometió a sí mismo que pasaría tiempo con Ni-ki, sin importar qué. Sabía que su amor por su novio era inquebrantable y no dejaría que la ausencia momentánea lo desanimara.

Con un renovado sentido de esperanza, Jake comenzó a planificar actividades especiales para disfrutar junto a Ni-ki. Pensó en llevarlo a cenar, o ir por el parque, jugar un buen FIFA e preparar la cena juntos.

Jake quería aprovechar al máximo cada instante junto a Ni-ki, consciente de lo efímero que puede ser el tiempo. Él sabía que la presencia de su querida pareja era un regalo preciado y no dejaría pasar ni un solo segundo.

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Sonrió inconscientemente al ver el papel en el que Ni-ki había escrito la nota.

Al menos ya sabía que Ni-ki no estaba con Heeseung y eso lo alegraba más de lo que debería.

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16:23

Jake había salido de compras para su gran día sin interrupciones, pensó que sería buena idea ir por su Ni-ki cuando terminará de hacer las compras.

Ya que eso hacen los novios.

[☆]

Jake, con una sonrisa de estúpido (o como otros la llamaban) «Una sonrisa de enamorado» se adentró en el bullicioso supermercado, evitando todo tipo de contacto físico con la multitud de personas que se encontraban allí. Su misión era clara: comprar dulces y comida chatarra (que a su dentista seguramente le daría un paro cardíaco si viera todo eso) para el día especial que le esperaba junto a su amado Ni-ki. Recorrió los pasillos con entusiasmo, imaginando la alegría que iluminaría el rostro de Ni-ki al ver todas la comida que habría preparado.