𝗔𝗥𝗥𝗘𝗚𝗟𝗔𝗥 ʏᴜɴᴋɪ

¹³⭑

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𝖩𝖾𝖺𝗅𝗈𝗎𝗌𝗒?

Acostado en el silencio. Esperando las sirenas. Señales, cualquier señal de que todavía estoy vivo. No quiero perderte, pero no voy a superar esto. Oye ¿Debería orar? ¿debo orar? Sí. ¿A mí mismo? ¿A Dios? A un salvador que puede romper lo roto. Deja de decir estas palabras habladas. Encuentra esperanza en la desesperación. Sácame de este accidente de trenes, desenquema las cenizas. Desencadena las reacciones ahora, no estoy listo para morir, todavía no.

Sácame de aquí. ¡Sácame!

Debajo de toda esta mala sangre. Todavía tenemos un sagrado hogar aquí. No es demasiado tarde para reconstruirlo.

Porque hay una posibilidad en un millón. Todavía hay una oportunidad. Y yo tomaría esas posibilidades. Destroza lo roto. Sácame de este choque de trenes. Desenquema las cenizas. Sácame, ¡sácame!

Puedes decir lo que quieras, pero jamás digas que no moriría por ti.

Yo, ahora estoy de rodillas y necesito que seas mi Dios.

Sácame de este accidente.

Desenquema mis cenizas.

Sácame de aquí.

Sácame . . .

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—Shim, agradezco profundamente su confianza al designarme como responsable de todos los cargos de la empresa. Puede estar seguro de que no defraudaré su elección. Desde el inicio de este trayecto, todo ha ido a la perfección y me comprometo a seguir trabajando con dedicación y empeño.

Después de sellar el pacto con un estrechón de manos, salí de la oficina y me dirigí hacia el ascensor. Justo en ese momento, me encontré con el secretario Yang, quien parecía estar concluyendo su jornada laboral.

—¿Te vas a casa, Yang?

—Sí, señor Shim. Antes de eso, tengo que pasar por la casa de mi hermano para recogerlo. Vive con su pareja y prometí llevarlo a casa —explicó—. ¿Y usted, señor? Creí que tenía una conferencia con el empresario Park

—Entiendo. Por favor, ten cuidado en el camino —exclamé—. La conferencia ha finalizado y el trato está oficialmente sellado. Estoy seguro de que todo saldrá como lo planeamos.

—Me alegra escuchar eso, señor Shim. Ahora podrá disfrutar de un merecido descanso.

—Sí, aunque en realidad me siento más cómodo pasando tiempo aquí en la oficina. Es un ambiente en el que me desenvuelvo bien y donde puedo concentrarme mejor en mis tareas.

Nuestras miradas se encontraron por un momento, y pude percibir cierta confusión en los ojos de Yang.

—Debo irme ahora. El ascensor ha llegado a mi destino. Que disfrute de su tiempo libre, señor Shim —desvío la mirada en el momento en que el elevador se detuvo. Con una sonrisa, el secretario Yang abandonó el elevador y se perdió entre los demás empleados que salían de la oficina.

Esa tarde, tomé la decisión de dejar atrás el bullicio de la ciudad y dirigirme caminando hacia mi hogar. Necesitaba un tiempo a solas, lejos del estrés y las preocupaciones cotidianas. Antes de partir, llamé a Seungmin, mi buen amigo, y le pedí un favor: recoger mi auto de la empresa y llevarlo a su casa. Sabía que podía confiar en él para cuidar de mi vehículo.