XVI

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Todo iba bien hasta que pasó un mes y aunque le pedí dos o tres veces que nos viéramos nuevamente o me ponía excusas o me decía que no podía. Entiendo la vida de un estudiante y sobre todo si trabaja, pero yo deseo volver a verlo. Volver a besarlo. Volver a estar entre su calor, su suavidad y su amor.

Me preocupa que vuelvan a pasar los meses y que no salgamos. Me preocupa no volver a verlo nunca más en mi vida o será que realmente no le guste. Sería algo contradictorio porque me lo dijo muchas veces y el cariño que aumentamos es inigualable. Es increíble. Jamás me vi amando a alguien a este nivel. Él es mi solución a todo, sin que yo se lo haya contado, sin que yo lo haya admitido, solo lo sé. Pero yo de él, no lo soy o ese pensamiento me está embriagando en estos momentos.

—Hola —Le digo mientras miro mis apuntes de la clase,

—¡Hola! —Dice mucho más alegre que yo. Lo que hace que levante el rostro del cuaderno y mire la pared que tengo enfrente.

—¿Cómo estás? Te escucho alegre.

—Lo normal chelita.

—Cómo te fue en el trabajo.

—Bien, solo califique exámenes y tú día.

—Bien, he estado estudiando para un parcial que tendré mañana —Sonrío— Tengo miedo de dejarlo.

—¿Por qué?

—Porque tengo mucho tiempo sin hacer un examen, eso me pone nerviosa, pero sé que saldré bien.

—Así será, sos inteligente y mi futura novia será muy exitosa —Escuchar eso hizo que la piel se me erizara.

—Que lindo —Respondo de inmediato, tratando de que los nervios no se me noten— ¿Crees qué seremos novios un día? —Le pregunto por no decirle: quiero que seas mi novio.

—Yo creo que sí, pero no ahorita. Hay que salir más —O sea, si apruebo eso, pero ya es suficiente, siento que lo nuestro no avanza y él está muy cómodo con lo que tenemos.

—Estoy de acuerdo en eso, pero siento que la que se está enamorando soy yo, no sé si a ti te pasa pero estos días he estado pensando si de verdad me gustas y parece que estoy llegando al extremo de decir un te amo.

—Uy chelita, entiendo eso, pero como he hablado con mis amigos creo que la única que se va a terminar enamorando aquí eres tú —¿Qué? Un nudo se me hace en el estomago y me dan ganas de llorar—, porque yo no creo hacerlo —No puede ser cierto.

—¿Cómo estás seguro de eso? —No puedo razonar. La sangre se me calienta. El enojo, la tristeza junto con el amor se revuelven en mi interior. Lo quiero y ahora el odio se une en mi interior.

Debí haberlo visto desde el inicio. Él no quería nada serio. Él nunca quiso nada serio. Jamás.

Trato de recordar sus palabras para ver si soy yo la que escuchó mal, pero no. Todo es tal y como lo dijo.

Ha herido mi corazón de una manera irreparable.

—No lo sé, solo lo sé. Llevo años sin estar en una relación y es difícil volver a creer que algo funcionará.

—Bien Nate, bien. Entiendo tu punto, pero si solo yo soy la que se está enamorando, si solo yo soy la que está poniendo de su parte, entonces no quiero nada contigo —Las palabras salen sin permiso alguno. Mi cerebro me pide que lo termine y mi corazón destrozado me pide que me quede.

No puedo más. Nunca más.

—Se acabó Nate, porque yo si te quiero y no deseo jugar con nadie. Te lo dije desde un inicio que si ibas a estar conmigo que fuera para algo más, no solo con un casi algo. No quiero que me vuelvas a escribir porque te voy a olvidar —Estoy decidida.

24 de febreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora