CAPÍTULO 1: Romper el silencio del corazón y aprender a volar.

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CAPÍTULO 1: Romper el silencio del corazón y aprender a volar.


I

Y aquí estoy a punto de romper el maldito reloj que me intenta quitar la felicidad. Anoche dormí y mucho. Me pregunto ¿Qué me ha dejado hacerlo? En realidad estoy muy asustada. Jamás me había sentido así. Estoy en mi segundo año de universidad y es la tercera vez que voy a un clase (Si no contamos los días del curso pre universitario).

¿Qué pasó? Pues hay un tema que a nadie le gusta tocar y que yo lo omito por esas personas, pero esta vez si las diré. La pandemia golpeó a todo el mundo y no me sorprende para nada el problemon emocional, económico, social, salud, educación, etc. Mejor dejo de hablar, sino seguiré sin parar y lo peor de todo que conmigo misma.

Me pongo la maldita blusa rosa con rayas blancas. Es como una camiseta pero corta y pegada a mi cintura. Me observo en el reflejo del espejo.

¡Maldito!

Deja de mentirme diciendo que me veo hermosa.

Una pesadez se escabulle en mi cuerpo. No me permito pensar negativo. No hoy. Volviendo con el tema, el 2020 fue mi primer año universitario y para ser sincera, fue del asco. Ver como los profesores intentaban actualizarse con nosotros me daba ansiedad y ni hablar de los compañeros más mierdas que uno se hacía si hablamos de la carrera que he elegido y quiero pensar que en todas las demás si encuentras personas sinceras y humildes.

Respiro profundo antes de revisar el listado de mi agenda color azul. Yo organizo todo, literal. Y hay que dejar claro que para organizar soy buena pero para el orden no.

¡Irónico! ¿No?

Empiezo a leer y a meter en el maletín morado al mismo tiempo:

Cuaderno multimaterias.

Lapicero.

Botella con agua (Es de las de plástico que te venden en el supermercado para reutilizar)

Documentos.

Audífonos.

Cargador de teléfono.


Perfecto, todo en orden y por último y no menos importante: El dinero para el pasaje.

Recuerdo perfectamente que después del curso pre universitario que consta de un mes recibiendo clases sobre la historia de la universidad. Llenándote de valores y presentándote una imagen para venderte lo que hacen, porque tienen claro que cualquiera se puede ir en cualquier momento de la u, pero sin contar este proceso solo tuve dos clases. Nosotros iniciamos a mediados de enero el ciclo y de esos días solo fui dos. Luego nuestro presidente anunció cuarentena y por eso hoy me siento como que si fuera mi primer día de clases por tres.

Salgo de mi cuarto corriendo y encuentro la casa sola. Si les soy sincera el tema de mi familia es del que más odio hablar y no porque me caigan mal, sino porque me pongo muy sensible y con cualquier cosa puedo llorar.

Mi gato pelusa, blanco y esponjoso se acerca a mi y se roza en mis pies para que le de comida. ¡Que guapo es! Lo amo mucho.

—Bebé.

—Mau —Me agacho y le paso la mano por la cabeza, mientras tomo un poco de comida de una bolsa grande y se la dejo en su plato verde.

Rápidamente se pone a comer. Ya se que solo me quiere por eso. Por la comida, pero no importa, a veces él logra llenar vacíos emocionales que nadie nunca podrá hacer.

24 de febreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora