Esta historia está dividida en tres partes.
First Kanaphan, es un hombre de veinticinco años, muy atractivo y millonario, dueño de Kanaphan Atlantic Corporation.
Khaotung Thanawat, es un hombre de veintidós años, con una personalidad un tanto peculi...
Mark estaba tirado en el sofá a oscuras pues acababa de llegar del trabajo, había tenido un día horrible pues además de cubrir a su amigo, habían tenido clientes hasta bien entrada la noche.
Khaotung que iba a la cocina por un vaso de agua, después de haberse levantado de la cama para ir al baño, encendió la luz.
...-¿Cómo es que no vas a acostarte?
-Estoy muerto y ya no tengo fuerzas ni fuerzas para arrastrarme hasta la cama. Me debes una grandísima, amigo.
El mayor se acercó y le ayudó a incorporarse.
-Tranquilo, pronto lograré ascender y podrás irte de ese restaurante malholiente.
-Aún no me creo que hayas aceptado un empleo como ese... wow realmente me sorprendió cuando vi tu mensaje-dijo el más joven frotando los ojos- ¿Vas a ser un secretario?
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Khaotung resopló con resignación.
-Si... no veas el chasco que me llevé cuando lo supe. Casi me da un infarto cuando el dueño me dijo qué si había visto el anuncio del periódico. Yo que ya me veía en un gran despacho con vistas a la cuidad y resulta que tengo una simple mesa en un triste pasillo al lado de un ascensor.
Mark chasqueó la lengua.
-Lo cierto es que tú lo que querías era salir del restaurante, ¿no?... Además trabajarás nada más y nada menos que para el dueño en persona
-Si eso es cierto pero no duraré mucho ahí, pienso ascender como la espuma. No me quedaré de simple secretario, no señor... Yo seré un pez gordo, porque me lo merezco y porque soy el mejor
El más joven negó con la cabeza y rió ante las henchidas palabras de su amigo.
-Ay Khao, inflar así tu ego no te hace bien. Sufres mucho cada vez que te toca bajar las orejas
-Baaaah...eres un envidioso -dijo este marchándose a su habitación-...Seré un alto ejecutivo de Kanaphan Corporation, ya lo verás
Ya en la cama, este pensó en todo lo que había pasado en ese día y en cómo le diría al dueño del restaurante que iba a renunciar pues en unos días tendría que empezar en su nuevo y prometedor trabajo.
Esa noche la pasó realmente mal pues tuvo muchas pesadillas, en las cuales un archivador gigante lo perseguía y en otras estaba en medio de una reunión con una peluca rubia en su cabeza, unos zapatos rojos de tacón en sus pies, un vestido de flores y los labios pintados de carmín soportando el acoso de todos los presentes.
Nuevamente se despertó en la madrugada, muy sudado y gritando asustado, rápidamente se levantó y corrió desesperadamente al espejo de su pared pues pensaba que se había vuelto mujer, luego suspiró aliviado cuando comprobó que todo seguía en su sitio y ya no tenía pechos.
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Su compañero apareció corriendo en su puerta con un bate en la mano.
-¿Qué pasa?, ¿Dónde está?
-¿Dónde está quién?- preguntó el mayor al verlo.
-El ladrón
-No hay ningún ladrón, solo fueron pesadillas
El más joven entonces suspiró aliviado mientras bajaba el bate.
-¿Has formado ese escándalo solo por un mal sueño?, joder Khao eres un mal amigo. Me has jodido mi maravilloso sueño, te odio.
El mayor se acercó a este muy agitado.
-Soñé que me vestía de mujer y me salían pechos-Habló este topándose los pezones con las manos.
-Iiiuuuggg... que grima...wow, si que era horrible
Ya en la mañana, Khaotung se levantó y fue a desayunar con una mueca pues Mark ya no estaba, ya que como de costumbre se había ido a tener buen sexo con Neo, mientras que él seguía a dos velas.
Desde que se había acostado con una chica muy rara del supermercado, la cual había conocido un día cuando entró a buscar el pan y algo de fruta, no había tenido sexo con nadie más a pesar de ser bixesual.
Sara, que así se llamaba la chica, era muy controladora y pretendía cambiarlo, tan sólo habían estado juntos una semana, luego él la había dejado.
La verdad era que echaba de menos follar con alguien pero tampoco era esencial en su vida pues no había calentón que una buena paja no lo solucionase.
Además de esa, anteriormente había tenido varias relaciones pero no más largas de una semana pues siempre les encontraba alguna cosa irritable que lo molestaba y acababa huyendo de ellas.
De hecho no entendía como su amigo estaba tan contento con su mediocre vida, con el trabajo de mierda que tenían, viviendo en ese viejo y pequeño apartamento y recibiendo tan solo las migajas de cariño del tal Neo, con quien aparte del sexo mañanero, no tenían otro contacto.
Finalmente se duchó y se preparó dispuesto a ir al restaurante y dejar el trabajo, con la esperanza de que su aún jefe le pagase lo que había trabajado hasta el momento y después ir a comprarse un par de pantalones y unas camisas para su nuevo trabajo en Khanapan Atlantic, ya que no podía ir vestido como el patético pobretón que era.
