Esta historia está dividida en tres partes.
First Kanaphan, es un hombre de veinticinco años, muy atractivo y millonario, dueño de Kanaphan Atlantic Corporation.
Khaotung Thanawat, es un hombre de veintidós años, con una personalidad un tanto peculi...
-Espero que por fin esta tarde- habló el mayor con una gran sonrisa- Ya han detenido a ese cabrón y a sus cómplices y ha interpuesto la demanda. Nada le queda por hacer allá
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-Vaya, parece que tienes muchas ganas de verlo. No me digas que lo has extrañado
-¿Qué dices?... Yo solo quiero mi recompensa. Quiero mi despacho y quiero mi megasueldo. Necesito ya sentarme en la mesa de juntas con los demás ejecutivos y no en una esquina como las demás secretarias, quiero....
-Hey...hey, amigo, ¿Tú estás seguro de que Khanapan te dará todo eso?- lo interrumpió el camarero algo incrédulo-... Creo que no deberías hacerte muchas ilusiones
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Khaotung hizo una mueca de desagrado pues creía que se lo merecía pero de pronto, este se quedó quieto con la tostada en la boca, abrió mucho los ojos mirando a Mark y a continuación se levantó y empezó a dar saltitos moviendo sus manos y sonriendo ilusionado.
Su amigo lo miró sin entender nada, luego de un rato así, habló.
-Wooow... se me acaba de ocurrir una cosa espectacular
-¿Y qué es?... cuéntame y no me tengas así
-Que ahora que McIntosh ya no dirigirá la sucursal, ¿qué tal si mi jefe me nombra el nuevo director de Kanaphan Atlantic Corporation en Hong Kong?, ¿Te imaginas?
-¿Te irías allá?...buff que pereza
El mayor fue hacia su amigo, el cual permanecía sentado a la mesa disfrutando del desayuno, entonces lo abrazó y removió su pelo.
-¿Los dos en Hong Kong?, imagínalo ...wow no sé, se ve increíble
El más joven soltó un profundo suspiro.
-Si pero, ¿Y qué haré con lo mío con Neo?
-Allá hay hombres a mansalva, Mark. Oh joder... ganaré tanto que incluso te contrataré a mister Hong Kong para que sea tu novio
-Estás muy loco, Khaotung
El secretario se sentó en su silla de nuevo y tomó otro sorbo de su café.
-Por supuesto, hermano. Definitivamente quiero ser el nuevo director de Khanapan Atlantic Corporation, en Hong Kong, me lo merezco
Después del desayuno y de prepararse, este salió de su casa inmensamente feliz, ya que tenía por seguro que al cabo del día sería un pez gordo pues su oportunidad por fin llegaría con el regreso de su jefe.
Sentado en el autobús miraba a los demás pasajeros y pensó en que ya se acabarían sus viajes en ese transporte público pues ya podría comprarse un coche propio y hasta tener chofer si lo desease.
Al llegar ante el magistral edificio, caminó orgulloso hasta la entrada principal.
-Por fin dejaré de ser un pobretón-susurró antes de entrar.
Con algo de nostalgia pulsó el botón con el número diez del ascensor, lo mismo sucedió cuando vio su mesa, su silla y demás objetos de su lugar de trabajo hasta el momento.
Durante los cinco días de ausencia de su jefe, este había reorganizado todo los archivos de May poniéndolo todo a su criterio e incluso se había tomado la libertad de mover la mesa y demás enseres y ponerlos a su gusto.
También había acudido a las juntas y demás reuniones que se celebraron, anotando todo lo que se dijo y decidió.
En un principio nadie, excepto First y él sabían el motivo del repentino viaje, por los que demás ejecutivos y demás empleados preguntaron a este pero finalmente se habían enterado por las noticias.
El avión de First aterrizó por fin a las cinco de la tarde como estaba previsto y este se fue directo a su empresa pues necesitaba con urgencia ver a su lindo secretario pues lo había extrañado con locura y deseaba oír su voz y oler su perfume.
Cogió un taxi y allí ultimó los detalles de la sorpresa para Khaotung con una gran sonrisa y aunque habría querido darle más, él lo creía un hombre aunque ambicioso, sencillo.
Alrededor de las cinco y media, Khaotung escuchó el ascensor y un gran nerviosismo invadió su cuerpo, ya que su jefe le había llamado para avisarle de su regreso.
...-Ahí viene...oh joder por fin saldré de mi deprimente estado-Dijo sonriendo emocionado.
Sin embargo tras ver abrirse las puertas del ascensor, la sonrisa de este desapareció fulminante pues vio que tan sólo era un chico de reparto, el cual traía un gran ramo de rosas rojas.
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