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El mensajero salió del ascensor y caminó hacia la mesa del secretario, bajo la confusa mirada de este.

...-Oye, creo que te has confundido de planta...Esta es la décima y aquí tan solo estamos el director y yo-le habló este con desagrado.

-Tengo que entregar esto a un tal Khaotung Thanawat y abajo me han dicho que estaba aquí, en la planta diez

El secretario se quedó blanco, entonces le quitó el blog de las manos al repartidor y lo comprobó el mismo.

—Oh mierda—dijo al ver que era cierto—…no esto no...no, no, no...

—¿No, es aquí?

—Si, si pero...

—Bueno pues firme aquí que tengo la furgoneta en doble fila y no quiero que me pongan otra multa

Con la mano temblorosa, el secretario firmó y acto seguido el repartidor se volvió al ascensor de nuevo  para irse.

Muy molesto, Khaotung miró de nuevo el ramo y vio que había una tarjeta, entonces dudó en leerla pues un escalofrío recorrió su cuerpo, sintiendo pavor, ya que prefería que no fuese cierto lo que estaba pensando.

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Querido Khao:
Sé que te mereces mucho más y yo te estaría encantado de dártelo si no fuera porque soy muy egoísta y no quiero que te alejes de mi. Sé que además eres un chico sencillo y aprecias los pequeños detalles como si fuesen enormes y por eso te admiro.
MUCHAS GRACIAS POR TU AYUDA.

First

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Khaotung estaba en shock y entonces sonó su móvil, al cual miró, viendo que era Mark, entonces descolgó y sin esperar a que su amigo dijese nada, estalló.

-¡Será cabronazo!-gritó-... ¡El muy hijo de puta me cree muy sencillo y por salvarle el culo tan solo se le ocurre darme unas asquerosas flores!, ¿Te lo puedes creer?, ¡Maldita sea!, ¡todos los ricos son iguales!...¡Unas asquerosas rosas!, ¡eso es lo que le vale mi talento!, ¿para qué coño quiero yo unas puñeteras rosas?...¡joder!, ¡menudo gilipollas!, ¡es un tacaño de mierda!

-Tranquilo... te va a dar algo amigo... respira-dijo el más joven preocupado al otro lado de la línea.

-¡Quiero mi super sueldo y quiero mi despacho!.... ¡No quiero ser más su maldito secretario!- gritó nuevamente este fuera de sí.

-Amigo para ya y respira o te dará otro ataque. Escúchame, tienes que calmarte ¿me oyes?-volvió a decirle su amigo muy asustado.

-¡No!... ¡no!...¡Yo no p-puedo s-seguir s-siendo un pobretón!, ¡no es justo!- este estaba ya demasiado alterado.

-Khaotung, por favor, escúchame. Todo saldrá bien ¿vale?, tranquilo... respira

El secretario estaba hiperventilando y su corazón estaba a mil por hora, por lo que en un arrebato tiró las rosas al suelo, las pisoteó y a continuación rompió la nota en varios trozos.

-¡Me las pagarás Khanapan, lo juro!-gritó mientras cogía sus cosas muy decidido a marcharse—...¡Mira lo que hago con tus mugrientas rosas!, ¡Que se pudran igual que tú!

Tras colgar el teléfono, este ya no lo soportó más y entonces se metió en el ascensor y se fue sin mirar atrás.

Unos diez minutos más tarde, el taxi del joven empresario paró en la puerta de su empresa y entonces éste entró muy sonriente, subió a su despacho pues estaba muy animado, pensando que su secretario estaría feliz con su detalle pero cuando llegó a la décima planta, las puertas se abrieron.

La sonrisa de First se borró, dando paso a un semblante serio con ceño fruncido incluido pues todo estaba cambiado de lugar, los muebles, las macetas con las plantas, incluso los cuadros no estaban como el decorador los había puesto.

Caminó y llamó a Khaotung pero no hubo respuesta, así  que extrañado rodeó la mesa  de este para ver si estaba en alguna reunión y allí las vio.

Las rosas que había encargado para su secretario estaban tiradas en el suelo destrozadas y lo que parecía la tarjeta estaba rota en varios trozos.

—¿Qué demonios ha pasado aquí?—se preguntó sin entender nada.

Confuso entró en su despacho pero allí tampoco había rastro de su secretario, no quería pensarlo pero al parecer este le había despreciado su regalo y había vuelto a irse como la vez anterior

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Confuso entró en su despacho pero allí tampoco había rastro de su secretario, no quería pensarlo pero al parecer este le había despreciado su regalo y había vuelto a irse como la vez anterior.

Rápidamente, este llamó a recepción.

...-Recepción de Khanapan Atlantic Corporation... le atiende Sara, ¿en qué puedo ayudarle?

-Sara, habla First Khanapan, ¿ha visto salir a Khaotung, mi secretario?-preguntó muy apurado.

-Oh si señor, él salió pocos minutos antes de que usted llegara-contestó la chica.

-¿Dijo algo o dejó algún recado?

-No señor, nada

-Está bien, gracias—dijo el empresario recostándose en su sillón muy decepcionado.

—Nada, joder...¿Por qué siempre te vas y no me dices cómo te sientes?

Frustrado se frotó la cara con las manos y entonces recordó que aún tenía la otra parte del regalo de khao, así  que se sacó el sobre del bolsillo de la chaqueta.

Su ayudante no tenía ni idea de eso y pensó que quizás había pecado de ingenuo y debería habérselo dado junto con las flores.

-Son un idiota. Seguro que se ha creído que solo mi agradecimiento valía esas flores

Este buscó entre los expedientes del personal, el correspondiente a Khaotung y cuando lo encontró, anotó la dirección, luego volvió a guardar el sobre en el bolsillo de su chaqueta y bajó al aparcamiento a por su coche, como alma que lleva el diablo.

Este buscó entre los expedientes del personal, el correspondiente a Khaotung y cuando lo encontró, anotó la dirección, luego volvió a guardar el sobre en el bolsillo de su chaqueta y bajó al aparcamiento a por su coche, como alma que lleva el diablo

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3. El nuevo secretario - FirstKhao - 1era Parte TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora