Esta historia está dividida en tres partes.
First Kanaphan, es un hombre de veinticinco años, muy atractivo y millonario, dueño de Kanaphan Atlantic Corporation.
Khaotung Thanawat, es un hombre de veintidós años, con una personalidad un tanto peculi...
Toda la mañana de ese primer día sin May, First estuvo en el despacho firmando documentos, revisando papeles y hablando por teléfono con distintos lugares y también con los departamentos de sus sucursales en Hong Kong y Corea.
Khaotung también se mantuvo muy ocupado con todo lo que su jefe le había encomendado y cuando lo tuvo todo listo, lo cogió en su regazo y volvió al despacho de este.
...-Señor, ya terminé todo lo que me pidió, ¿puedo pasar?, le traigo los documentos y archivos
-Ah si pasa Khaotung, perfecto... justo a tiempo... Veamos
El secretario puso los papeles y carpetas en la fina y costosa meda de roble y se lo fue pasando al empresario.
-Estos son los balances... esta es toda la información sobre el Estadio de España y aquí ésta es la cita con el señor Polini, el director del Museo Principal.... Será en el Restaurante Providence, mañana a las dos.
-Perfecto...emm...bueno en unos minutos será la hora de irse a comer, te quiero aquí a las cuatro, ¿De acuerdo?
-No señor, yo no me iré a casa... Vivo bastante lejos así que comeré en mi mesa... me he traído algo de casa- respondió el más joven.
El empresario entonces lo miró con extrañeza.
-¿Sabes que aquí en la sexta planta tenemos una magnífica cafetería y maravilloso restaurante donde sirven comida, ¿verdad?. Realmente no tienes que levantarte pronto y cocinar
-Si lo sé señor pero no puedo permitirmelo-dijo este cabizbajo-... Me he traído un bocadillo de casa
-¿Un bocadillo?, pero eso no es una comida para un hombre trabajador...Aunque seas pequeño, tienes que alimentarte bien y comer algo caliente y nutritivo.
-Eh oiga... yo no soy tan pequeño-dijo molesto el secretario habiendo un puchero.
First sonrió, ya que no sabía porque pero le encantaba fastidiar a su nuevo y enojón ayudante.
-Vale...vale, está bien...de acuerdo, eres muy alto, casi como un edificio
Khaotung frunció el ceño aún más molesto y entonces se giró dándole la espalda con aire indiferente para caminar hasta la puerta y volver a su mesa.
El joven empresario sin dejar de sonreír, volvió a recorrer con la mirada las insinuantes curvas del precioso cuerpo de este, mientras se relamía los labios inconscientemente.
Minutos después, salió de su despacho y miró a su enfurruñado secretario, quien estaba por coger su triste bocadillo.
-¿Te vienes, entonces?- le preguntó presionando el botón de ascensor.
Khaotung levantó su vista hacia su jefe bastante confuso.
-¿A dónde tengo que ir, señor?
-Pues a comer algo mejor que eso- le dijo el mayor señalando el bocadillo.
-P-Pero no p-puedo... Ya le dije que no tengo dinero para c-comer en ese lugar-este odiaba tener que mostrar su condición de pobre ante los demás y más ante los ricos.
First asintió y entonces le hizo un ademán con su mano en señal de que se levantase y fuese con él.
-Anda... yo invito
Este miró de nuevo su bocadillo, luego volvió a mirar a su jefe y rápidamente se levantó y fue hacia él.
-Muchas gracias, señor Khanapan
-No te preocupes, no es nada... Además así celebraremos tu primer día de trabajo, ¿Qué te parece?
-Me parece estupendo- alegó el más joven sonriendo con amplitud al saber que llenaría su estómago de deliciosa y costosa comida.
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El empresario sintió morirse pues cada vez le fascinaba más la sonrisa y las arrugitas que se le formaban a su secretario en los bordes de la boca, ya que se veía jodidamente tierno y le provocaba abrazarlo.
Finalmente bajaron a la sexta planta y se sentaron en el comedor del restaurante, donde un guapísimo camarero les trajo las cartas.
-Bueno Khaotung... elige lo que quieras, no tengas reparo... Recuerda que estamos celebrando
Este ojeó toda la carta y se relamió internamente pues había cosas muy finas y parecían exquisitas, aunque también asombrado reparó en los precios y en todos los que allí estaban pues debía ser toda una gozada tener tanto dinero y poder permitirse todo lo que apeteciese, como seguramente hacía su jefe.
-No sé... emm,....¿qué tal un chuletón con patatas y ensalada?
-Lo que tú quieras
-Si, definitivamente pediré eso...yo jamás he comido un chuletón así y este en la foto se ve muy apetitoso
-Te encantará-Habló First haciendo un gesto al camarero para que se acercase-... esa es una buena elección
-¿Ya han decidido los señores?
El empresario caballeroso, dejó pedir a su ayudante primero
-Si emm... yo tomaré el chuletón con patatas y ensalada...emm y para beber una coca-Cola, gracias
-Muy bien, señor
-Y yo tomaré una ensalada de tempura...lubina a la plancha y un agua fría, gracias-Pidió el millonario jefe sin apartar la mirada de su hermoso secretario.
-Muy bien... en un momento se lo traeré -dijo el camarero recogiendo las cartas y alejándose.
Khaotung observó maravillado todo el local, este era enorme y muy lujoso, en el que había bastantes personas comiendo pero ninguno parecía trabajador de nivel bajo con él pues seguro que esos estaban comiendo en la otra parte del gran local.
Mientras, el joven empresario siguió contemplando con detenimiento las facciones, el cabello y los labios de este, quién le parecía realmente espectacular pero sin duda, lo que más le llamaba la atención de Khaotung, era su personalidad pues se veía frágil y vulnerable pero parecía también esconder un gran guerrero en su interior, deseando salir y comerse el mundo.
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