Esta historia está dividida en tres partes.
First Kanaphan, es un hombre de veinticinco años, muy atractivo y millonario, dueño de Kanaphan Atlantic Corporation.
Khaotung Thanawat, es un hombre de veintidós años, con una personalidad un tanto peculi...
First llamó a Willy pero resultó que este no le cogía el móvil, así que decidió ir al hotel donde se hospedaba y al llegar allí le dijeron que este había pagado la cuenta y se había ido.
Rápidamente, este se puso en contacto con la policía de Hong Kong para que detuviesen a McIntosh en cuanto este bajase del avión y para que abriesen una investigación por sus sospechas tras mandarles los documentos por fax.
El empresario no contó nada de la grabación pues era una prueba ilegal y además comprometía a su secretario, aunque este lo hubiese hecho para ayudar.
El veterano empresario se había despertado en la mañana muy confundido y sin apenas recordar nada de lo hecho y dicho, sin embargo en cuanto se tomó un par de analgésicos, lo hizo.
No podía quedarse por más tiempo en Bangkok pues no sabía cuánto tardaría Khao en contarle a First y si este le creería o no, así que por eso había saldado su cuenta en el hotel y cogido el primer vuelo a Hong Kong.
El avión aterrizó horas después y cuando este estaba bajándose vio que había varios coches de la policía esperando a alguien en la pista de aterrizaje pero jamás pensó que lo esperarían él.
Lo detuvieron y se lo llevaron a su comandancia para prestar declaración, donde por supuesto negó todo los hechos.
La policía revisó entonces su casa, sus cuentas y encontró varios documentos y datos de la empresa de First, los cuales no deberían estar en su poder e incluso su mujer tenía muchas propiedades a su nombre y era una simple ama de casa.
Los agentes la detuvieron a ella también por cómplice, ya que al interrogarla ésta estaba muy nerviosa y en un par de ocasiones se le escaparon detalles comprometedores para McIntosh.
Cuando First recibió la noticia, sonrió satisfecho y quedó en ir allá cuanto antes pues requerían su presencia en el país, así que debía viajar para hacer una denuncia formal y buscar lo mejor para su empresa en Hong Kong.
Durante ese tiempo, el joven empresario evito hablar con su secretario del tema pues primero quería que la policía reuniera todas las evidencias y eso tuvo a Khaotung en un sin vivir.
...-Ven a mi despacho, por favor-le pidió por el interfono tras colgar la llamada.
-Si, ahora mismo, señor
El secretario cogió su tablet y entró tras tocar con los nudillos.
-Reserva un vuelo en primera clase para Hong Kong, mañana debo estar allí. También reserva una habitación en el hotel The Peninsula Hong kong...ah y llama a mi casa y dile a mi ama de llaves que me prepare una maleta con ropa suficiente para unos días. Eso es todo, gracias
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-Si señor, ahora mismo lo hago-dijo el más joven bastante decepcionado.
Como su ayudante que era y el descubridor de todo, este de esperaba que su jefe lo hubiese invitado a ir también pues jamás había viajado en avión y mucho menos había dormido en una habitación de un lujoso hotel.
Estaba molesto pero tenía pensado cobrarlo todo junto, ya que había arriesgado su propio pellejo por descubrir al farsante y creía fervientemente que tendría que recompensarlo muy bien.
Al día siguiente, como había previsto, First viajó a Hong Kong para declarar y poner en orden su sucursal, debía nombrar a un nuevo director y comprobar que McIntosh no tuviese cómplices.
Fue a la comisaría y puso la denuncia, en ella alegó sospechar de su socio tras revisar sus libros de cuentas junto a sus empleados en Bangkok, el joven empresario generalizó pues no creyó necesario implicar directamente a su secretario.
Luego de salir de la comisaría, este fue a su sucursal y allí sus empleados se sorprendiendo de verlo pues no lo esperaban.
Todos extrañaban que Willy no fuese a trabajar, además estaban algo revolucionados pues habían visto rondar a la policía por los alrededores e incluso en las instalaciones pero estos solo habían estado en el despacho de este con una orden.
Este los puso al tanto de la situación y como por arte de magia, no faltaron comentarios acusatorios hacía él, ni personas dispuestas a declarar en su contra.
El joven empresario comprobó además que su ex amigo era un déspota con los empleados y los tenía atemorizados.
En el fondo estaba muy arrepentido pues se dio cuenta que había descuidado mucho su sucursal pues viajaba muy poco allí y también a la de Corea, ya que confió en su gente y jamás pensó que ocurriría una cosa así.
Prometió viajar más, también pensó en la posibilidad de ascender a Khaotung, ya que creía que se lo merecía pues gracias a él había descubierto todo y creía que lo había hecho esperándolo.
Pensó que podría ascederle a ejecutivo, con un despacho propio y un sueldo mayor pero luego lo descartó, ya que así no lo tendría cerca, ni lo vería tan seguido y aunque se sintió un egoísta, no podía renunciar a a él.
Además, se autoconvenció de que a su secretario le encantaba ser su ayudante pues en todo el tiempo que llevaba allí, jamás se había quejado ni le había hablado de un ascenso.
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No sabía que podía hacer pues quería agradecérselo de la mejor manera pero Khaotung era todo un dilema para él, así que durante los cinco días en los que estuvo en Hong Kong barajó las mejores opciones y finalmente tomó una decisión, la cual creía que era la mejor y que seguro le haría saber a su secretario de su agradecimiento.
