Capítulo 12

923 82 10
                                    

¡Comenten mucho, me encanta leer sus comentarios! Gracias por el apoyo.

Luna de Sangre.

La sangre de Louis se heló por completo cuando observó como Lily volvía a empuñar el arma en lo alto, apuntándole a Harry directo al pecho. El rizado había alzado suavemente una mano, pidiéndole al omega que no se moviera apenas le divisó a mitad de las escaleras.

La fragancia del alfa tornó de inmediato a toques difíciles de tragar, pero había peligro y Louis estaba allí. Usaría cada recurso para mantener todo bajo control.

El purasangre apenas entraba en la escena luego de haber escuchado los disparos, quedándose algo sorprendido por el acontecimiento que veía ante sus ojos.

Ver en el suelo a los hombres a quienes les confiaba la seguridad de su hogar y todos los demás dentro junto a él, con enormes charcos de sangre extendiéndose por debajo suyo y dos visibles agujeros en la frente, vaya que le había tomado por sorpresa. Y más cuando observó a la culpable de aquel crimen que no tendría una carpeta de investigación en la fiscalía. Esa omega rubia...

El purasangre carraspeó, atreviéndose a dar un par de pasos aún cuando sabía que la chica ya había presionado el gatillo dos veces en contra de quienes habían estado de su parte—. Vaya, has asesinado a dos de mis más leales perros. —le dijo escuetamente, para luego dedicarle una sonrisa cálida, de esas suyas que si se detallaba bien, de amable no tenían nada. Extendió las palmas de sus manos a la vez que levantaba un poco los brazos y se encogió de hombros—. Venga, cuando hablamos no mencionaste que eras buena usando armas.

—Callate —la voz de la omega tembló—. Te mostraré cuán buena soy si no cierras la boca.

Louis hizo amago de querer moverse, pero entonces Harry le miró. Su ácida mueca le advirtió que cosas malas pasarían si no se quedaba justo donde estaba, por lo qué sólo se congeló, mirando todo con ojos bien abiertos mientras una sensación de vacío crecía en su estómago. No le gustaba que Lily estuviera apuntando a Harry, no le gustaba que ella tuviera balas, que pudiera disparar.

—¿Te he dado un motivo? —Harry fingió verse ofendido—. Pero joder, si hasta pedí que te atendieran como en un maldito hotel de cinco estrellas.

La omega tembló cuando el purasangre soltó una carcajada.

—¡Me encerraste en un maldito cuarto donde incluso las asquerosas ratas me atacaban! —ella gritó con histeria, sacudiendo el arma—. Prometiste algo bueno para mí y sólo sentía cómo me escupían en la cara. No me digas que no tengo un maldito motivo para dispararte.

—Escuchaste cuando pedí que te atendieran como una buena invitada. —el alfa se justificó.

—Pues no fue así.

—Vale, vale —Harry suspiró, manteniendo todavía una sonrisa despreocupada mientras bajaba los brazos y hacía una mueca luego—. Lo que creas me da igual. Dime dónde entran tus sádicas ganas de asesinar a mis dos queridos guardias porque la charla se está alargando demasiado.

—Ellos me arruinaron. —musitó la omega—. Hicieron lo que les apeteció conmigo. Y sabía que yo iba a morir algún día, así que no podía dejar que siguieran riéndose del recuerdo donde yo suplicaba y gritaba para que se detuvieran. Malditos bastardos.

Entonces el alfa comprendió. Alzó ambas cejas y observó el cuerpo de sus dos perros. No podía sentir poco más que desprecio por ellos.

—Algo justo —determinó el alfa. Luego volvió a mirar a la omega—. Pero nos sigue dejando en la misma situación. Has matado a dos de mis hombres y ahora me apuntas al pecho. ¿A dónde pretendes llegar, Lily?

Luna de Sangre | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora