Capítulo 34

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Sí, era real. Harry había dicho que tendrían que asistir a ese espantoso lugar por segunda vez y eso era justo lo que estaban haciendo.

La arena tragando sus pies mientras subían aquella colina en una fila le traía recuerdos poco agradables a Louis, recuerdos de aquella primera vez donde solo era un pobre omega asustado que había sido privado de su libertad y temía por su vida y su futuro.

Todo estaba sucediendo exactamente igual que en el pasado, se sentía el mismo frío, podía olerse el mismo miedo en el aire... Pero Louis no tenía miedo porque en ese momento uno de los brazos de Harry le rodeaba por la cintura posesivamente y le hacía sentir seguro, cuidado y completo. No había por qué temer si tenía a su alfa a lado. Además, Louis se había hecho una idea en su cabeza... Una vez que todo terminara esa noche, podría olvidarse por completo de lo que alguna vez fue la Luna de Sangre.

Se esforzaría por borrar los recuerdos y seguiría adelante, porque no quería seguir siendo preso de las malas sensaciones que le traía el recordarse alguna vez tan indefenso y asustado por todo lo que había visto y vivido ahí, quería borrar todo el dolor y las lágrimas que alguna vez derramó a causa de ello. No habría más Luna de Sangre, no para él.

Michael y Luke estaba allí también e iban delante suyo tomados de la mano, Louis recordaba la forma en que Mike le había abrazado durante un rato cuando horas antes había entrado en pánico al enterarse de que realmente iban a volver a ese lugar con el que había tenido tantas pesadillas, su amigo le repitió que estarían bien, le confesó estar nervioso por igual y le aseguró que todo terminaría pronto, así que Louis le creyó. Le creyó porque a pesar de ser muy fuerte, los ojos de Michael habían brillado con tristeza. Louis supo entonces que al igual que él, Michael quería olvidarse de todo.

Luego de Michael y Luke en la fila, estaban Harry y Louis, juntos y caminando con pasos suaves, sin prisa. Harry le había llenado de besos y marcado con su olor antes de salir de casa, jurando por la Luna que no permitiría que nadie le pusiera una mano encima. Que estarían bien y que nunca más volvería a tener que vivir algo malo como lo que pasó ahí, que él siempre iba a protegerlo. Louis, inevitablemente, observando los ojos brillantes y cariñosos de su alfa, también le creyó.

Por último estaba Zayn, detrás de ellos, quién veía en todas direcciones en completo nerviosismo porque era uno de los pocos alfas que se había presentado en el lugar sin un omega a su lado. Todos sabían que algo bueno no le esperaba al alfa, no sabían exactamente qué pasaría con él, pero con sinceridad, a Louis no le importaba ni siquiera un poco. Zayn merecía cualquier cosa mala que fuese a pasarle.

Louis sintió un suave beso sobre el costado de su cabeza y suspiró, acurrucándose contra el cuerpo de su alfa—. Está bien, omega —Harry dijo con suavidad—. No tienes que estar preocupado.

—No quiero estar aquí, Harry —murmuró Louis. Le abrazó con más fuerza y cerró los ojos, dejando que el alfa guiara sus pasos.

—Será solo un momento, omega. Voy a cuidar de ti, te lo prometo.

Louis siguió caminando durante un rato en silencio, poco después sintió el aire frío sacudir con más fuerza su cabello y entonces volvió a abrir los ojos. Habían llegado a la cima del acantilado y todo volvió a sentirse tristemente familiar. Estaba la misma hoguera consumiéndose en el medio del lugar, las personas de vestimentas extrañas con amuletos colgando aquí y allá iban y venían, y al final, justo al borde del risco estaba ese enorme cuenco dónde Louis había visto morir a dos jóvenes en el pasado, ahí donde fue sumergido y luego reclamado por el hombre que llamaba alfa ahora.

Volvió a cerrar los ojos y negó—. Esto no puede ser real... No quiero estar aquí de nuevo, no quiero, yo no...

—Sh, sh. —Harry lo abrazó por completo, ocultándolo en su pecho—. No pasa nada, todo estará bien Lou.

Luna de Sangre | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora