Luna de Sangre | Larry Stylinson

Capítulo 27

Fue cuando Harry se apartó, que Louis pudo volver a tomar un respiro completo que pareció aliviar sus pulmones, pues no sabía cuánto tiempo había estado reteniendo la respiración ya que entre más había respirado, sus sentidos más se vieron nublados por la fuerte fragancia de alfa que desprendía Harry.

La manera en la que el estómago de Louis se removía y por la fiebre inexistente que sentía apoderarse de su cabeza, creía que podría comenzar a flotar en cualquier momento.

De un segundo a otro, todo pareció girar al rededor de solo ellos. No había sonidos, no había luces, no había nada más alla de la intensa mirada de ojos brillantes y mejillas sonrojadas que ambos compartían.

Louis siguió a su alfa cuando éste se puso de pie y le miró desde arriba, al pie de la cama. Las delgadas manos del omega sujetaron los antebrazos del mayor y le regaló una pequeña sonrisa cuando estuvo también de pie, muy cerca de su cuerpo.

Harry besó la frente de su omega y se quedó ahí, con sus labios acariciando la tibia piel. Pronto sus grandes manos sujetaron su cintura y aspiró profundo llenándose de su suave fragancia tropical. Unos momentos después se separó y tomó su mano para entonces comenzar su camino al baño personal de la habitación.

El alfa no dudaría en hacer esto u lo otro, simplemente lo haría. Con confianza, decidido, para demostrarle a Louis que no había nada que temer o nada de que avergonzarse. Harry era su alfa y le daría la seguridad que necesitase, siempre.

Louis le siguió los pasos a Harry en silencio, entrelanzando sus dedos y dejando cualquier nerviosismo de lado. No había tiempo para dudar, no cuando él mismo había sugerido aquello de manera tan segura.

Y algo que era por demás cierto, era que de la mano con Harry, Louis se sentía comprendido, seguro y completo.

Louis mantuvo una pequeña mueca que pretendía ser una sonrisa hasta que finalmente estuvieron dentro del baño, era enorme y con adornos bastantes peculiares. El omega había estado ahí decenas de veces, pero nunca jamás había estado demasiado preocupado por los detalles alrededor. No hasta ese momento, cuando su alfa se encargaba de cerrar la puerta detrás suyo y sus mejillas se sentían muy calientes.

El joven entrelazó sus dedos delante suyo y observó al alfa pasar a su lado, quien se dirigió también hasta el área de la ducha donde se encargó de recorrer la puerta de cristal transparente y abrir la llave de la regadera para que el agua comenzara a calentarse.

Volvieron a verse durante unos segundos y luego de compartir sonrisas tranquilas, fue Harry quien comenzó a desvertirse, o a terminar de hacerlo, ya que tenía la camisa a medio desabrochar.

Louis en ese momento se quedó un poco quieto y pronto las palmas de sus manos se sintieron húmedas. No era la primera vez que su alfa se desvestía delante suyo, pero sí era la primera vez que se sentía de una manera diferente. En su estómago había un pequeño ir y venir de sensaciones y sus rodillas parecían querer volverse inestables.

Estaba nervioso, no iba a negarlo. Existía esa incertidumbre sobre cómo hacer esto u aquello, sobre qué hacer o qué decir.

Louis estaba muy consciente de que aquello era normal, todo el mundo tenía intimidad con su pareja. En especial un alfa con su omega, y Louis lo quería así. Quería que hubiese confianza en cualquier situación, quería dejar de lado los bochornos para poder disfrutar de cualquier momento a lado de su alfa.

Así que entonces comenzó a desvestirse también. Con Harry justo delante suyo, viéndole directo a los ojos con una media sonrisa de lado.

Louis comenzó por desabrochar los botones de su abrigo mientras contenía de vuelta la respiración. Sus ojos puestos en los de su alfa, quien dejó que la camisa que usaba se deslizara fuera de sus hombros para luego caer al suelo. La tinta negra de sus tatuajes resaltó en su torso desnudo de piel pálida, y Louis sólo pudo tragar suavemente saliva cuando Harry procedió a llevar sus manos hasta el botón de sus pantalones.