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Maratón 4/5

Aquella mañana Daenerys disfrutaba secretamente de la brisa en su piel, al fin podía respirar tranquila, sus manos habían dejado de temblar, su corazón ya no palpitaba desbocado de ira contra su pecho, su cuerpo se posaba firme ante los rayos de sol de aquella mañana en Essos, a su lado sus dragones rugieron fuertemente y Daenerys volvió a sonreír.

***

Jon estaba muerto, aquello se lo repetía una y mil veces en su mente, pero no podía sentir tristeza por aquello, sentía rabia, ira, una furia incontrolable que poco a poco se expandía como el fuego por sus venas hasta provocar un incendio consumidor, aquello era lo que Daenerys sentía cuando fue visitada secretamente por la reina de las espinas y la futura reina Lady Margary Tyller.

- Mi abuela y yo solo queríamos darle nuestras condolencias - dice amablemente la joven rosa con sus mejillas rojas por el sol

- Son muy amables - responde Daenerys invitándolas a sentarse junto a ella en el solar de su habitación

- La verdad es... - Lady Olena sin rodeos como siempre mira inquisitivamente a la joven Targaryen - que he venido a hacer un par de preguntas

- Las responderé si son adecuadas - Daenerys toma un sorbo de su té para luego no probar ni un solo bocado

- Quiero que nos hable de Jon Stark, la verdad es que tengo curiosidad... cómo es que nuevamente el reino se vio involucrado en una guerra por los mismos apellidos del pasado, Stark, Baratheon... Targaryen - dice la reina de las espinas acomodando su bastón a un lado de su silla

- Abuela... - Margaery la regaña falsamente con la mirada

- Todo lo que hizo Jon fue por mí y nuestro hijo... ninguno de los dos queríamos esto - responde Daenerys - le juramos lealtad a Gendry Baratheon sabiendo los riesgos de aquello, juramos seguirlo y si hay algo a lo que los Stark son fieles es a su palabra... Jon era... valiente, audaz, protector, un buen líder y estoy segura que fue un buen rey hasta que los Frey lo traicionaron... es un poco serio, no suele reír mucho a no ser que esté con su familia y yo lo amaba como nunca amaré a nadie, su mirada me transmitía amor, paz, solo queríamos casarnos como correspondía y quedarnos en Winterfell, tener hijos y ser felices uno al lado del otro...

- Hubiera sido una hermosa historia de amor - dice apenada Margaery intentando sonreír amigable hacia la joven dama a quién realmente le tenía compasión

- Dime querida niña... - Olena mira fijamente los ojos violetas de Daenerys removiéndose en su interior al recordar al joven y apuesto príncipe Rhaegar Targaryen - hay cosas que se rumorean en la corte... cosas desagradables sobre nuestro nuevo rey - dice y ve con claridad como el rostro de Daenerys cambia, volviéndose más duro y más frío - la noche que diste a luz... la noche en que tu pequeño nació muerto...

- Él no nació muerto - Daenerys la interrumpe y la mira fijamente - si su pregunta es cómo es en realidad Joffrey Baratheon, deje decirle que es un monstro, uno real, él me dio solo cinco minutos para disfrutar la vida de mi hijo para después arrebatármelo por siempre, lo tomó entre sus brazos y lo dejó caer, en cuanto la cabeza de mi hijo se rompió contra el suelo ya no hubo vuelta a atrás...

Daenerys no titubeo, no se alteró, se mantuvo firme y con su mirada fija en la anciana quién examinaba cada una de sus palabras, encontrando en ellas, nada más que la verdad y se dejó caer en el respaldo de la silla, en ese mismo momento las tácticas del juego cambiaron por completo.

- ¿Y por qué no huiste con Sansa? - pregunta sin tapujos la anciana, respetando el hecho de que Daenerys no tambalea ante aquella acusación

- Porque voy a acecinar a Joffrey Baratheon

Aquella simple respuesta deja más que satisfecha a la reina de las espinas, en aquel momento admiraba la valentía de la joven Targaryen, después de todo ella estaba demostrando ser un verdadero dragón, la anciana le pidió a Margaery que las dejase a solas con Daenerys, después de todo Margaery tenía que prepararse para su boda y ella y Daenerys tenían que planear un asesinato.

Todo estaba perfecto, la ceremonia de unión en el septo había sido maravillosa, digna de un rey y su joven reina, Daenerys presenció todo con una sonrisa irónica en el rostro, y en el banquete tomó una copa y al alzó en honor a la "feliz" pareja.

- A de ser duro para ti estar aquí con nosotros - dice Cerci acercándose sorpresivamente a ella - es bueno ver que ya no lloras a tu hijo... y ahora a tu esposo...

- A los seres amados nunca se les termina de llorar - responde Daenerys manteniendo la mirada de la reina madre - estoy segura de que usted me entiende... ya que ambas conocemos el dolor de perder a un hijo... estoy segura de que debe de extrañar a Gendry ¿no majestad? - pregunta Daenerys alzando una ceja y Cercei la mira con desprecio

- Cuidado con lo que dices niña...

- Cerci - Sir Jaime las interrumpe

El caballero venía acompañado de una mujer grande, era alta, de cabello dorado, ojos de un esmeralda precioso, sonrisa amable y armadura de caballero, Daenerys al verla supo que Arya estaría encantada con aquella mujer.

- Lady Targaryen - Jaime la saluda fingiendo cortesía y Daenerys lo mira con desprecio ya que el hombre la quería muerta de la misma manera en que ella quería muerto a todos los Lannister - les presento a Lady Brienne...

- Majestad, mi Lady - Brienne saluda a ambas mujeres con gentileza y Daenerys borra instantáneamente su sonrisa hacia la mujer recordando lo que Varis le había comunicado respecto a aquella mujer antes de abandonar sus aposentos aquella tarde

- Es usted quién había jurado lealtad a Lady Catelyn... la madre de mi esposo - dice Daenerys mirando a la mujer y entonces Brienne lo supo, aquella historia de amor que había estallado en guerra había sido real

- ¿No es usted muy joven para seguir siendo viuda? - pregunta socarronamente ser Jaime causando que Brienne lo mirase decepcionada

- Es bueno saber en donde yace su lealtad ahora - dice Daenerys ignorando a Jaime y Cersei - si me disculpan... - y sin más se retira hacia la mesa de invitados

Los invitados uno a uno fueron tomando su lugar en el palco real para comenzar con el banquete real, Daenerys estaba sentada a un extremo de la mesa de invitados junto a Tyrion Lannister, para que todos pudieran ver cómo aún era prisionera de ellos.

- Espero esté disfrutando de la boda Lord Tyrion... - dice Daenerys diriguiendole la palabra por primera vez al hombre a su lado

- Lo sería si mi querida esposa estuviera a mi lado... - responde Tyrion y se inclina hacia Daenerys - dígame mi lady ¿acaso no sabrá usted dónde se ha ido, verdad?

Daenerys mira al diablillo a su lado, nunca creyó en que tratase bien a Sansa, pero realmente la joven dama nunca había hecho una acusación hacía él, incluso Sansa le había confesado que él nunca había tenido intenciones de consumar el matrimonio, miró sus ojos verdes en aquella cara deforme, pensando si decir la verdad, pero recordó inteligentemente, que él era un Lannister y aquello nunca cambiaría.

- Si hubiera sabido que Sansa planeaba irse yo me habría escapado con ella - responde Daenerys y se dedica a beber de su copa de vino

Lord Tyrion estuvo a punto de retirarse en ese momento, decepcionado por no obtener respuestas de aquella joven a la que admiraba en secreto, hasta que el rey Joffrey pidió por él, recordándole a todos los presentes que él era su copero, Daenerys buscó a ser Barristan con la mirada y lo supo, este era su momento, su venganza. 

Su reinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora