Su reinado

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Maratón 4/5

La cena trascurrió de manera alterna, hubo momentos en que todos se sintieron muy cómodos, mientras que otros fueron completados por espacios incomodos en silencio, sonrisas que no llegaban a ser sinceras, así como también miradas cómplices, de desprecio y desaprobación.

Era más de medianoche cuando Gendry dio por terminada la velada, después de todo la mañana siguiente todos tendrían que jurar lealtad a la corona y al heredero de ella.

Jon y Daenerys estaban por salir de la habitación cuando Gendry les pidió de manera sutil que se quedaran un momento más, las puertas se cerraron detrás de ellos y solo quedaron ellos tres en la estancia.

- Por favor queridos amigos - Gendry los invita a sentarse junto al fuego, en donde había tres sillones, una mesa con una jarra de vino y tres copas - hay algo que quiero compartir con ustedes...

- Usted dirá - dice Jon sentándose en uno de los sofás y Daenerys se sentó a su lado

- Una amistad no puede comenzar con mentiras - dice Gendry sentándose frente a ellos - y no pretendo hacerlo, así que seré sincero con ustedes, mi posición hacia el trono es frágil, mi padre está enfermo, yo diría que está a punto de morir... y sé que en cuento eso suceda los Lannister harán todo lo que esté en sus manos para poner mi cabeza en una lanza y coronar a Joffrey

- Eso es traición - Daenerys mira fijamente los ojos del príncipe - mañana todos juraremos lealtad hacia la corona y a usted como futuro rey... nadie podría...

- Lo harán - concuerda Jon interrumpiendo a su prometida - si no fuera ese el caso, el rey no tendría por qué hacer este llamado de juramento y Gendry no habría hecho esta cena... ¿no es así?

Gendry mira a Jon y asiente con su cabeza, Daenerys gira el rostro y su mirada y la de Jon se encuentran, Jon estira su mano y cubre la mano de Daenerys con la suya, acaricia sus dedos y la siente suspirar.

- La cena era para verificar con mis propios ojos en quién puedo confiar y las únicas personas en las que podría entregar mi confianza es en ustedes

- ¿Por qué? - pregunta Daenerys aferrándose a la mano de Jon - ¿por qué nosotros, porque tengo dragones? ¿Cómo es que cree poder confiar en nosotros aun sabiendo la historia de nuestras casas?

- Porque creo en un futuro de paz, un futuro en donde me dejen de llamar el hijo del usurpador, un futuro en dónde no se nos culpe a nosotros por los errores de nuestros padres - responde Gendry con sinceridad - los Lannister ven al norte como una amenaza, yo soy una amenaza y usted Daenerys es una amenaza, en especial con los rumores de que los hijos de Cersei Lannister no son hijos legítimos de mi padre

- Pero ella es su madre... - Jon lo mira apenado, él no sabía lo que era sentirse despreciado por la mujer que le había dado la vida

- Soy el hijo que tuvo con el hombre que la despreciaba - responde el príncipe mirando hacia las llamas - y ella terminó por despreciarme a mí, ella no me quiere en el trono de hierro y sé qué hará todo lo que esté en sus manos para poner a Joffrey allí

Daenerys y Jon volvieron a compartir miradas, ambos pensaban en las palabras del príncipe, frente a él no estaba el príncipe heredero, el joven fuerte, el herrero o el guerrero, estaba un hombre asustado, de mirada triste y asustado por el futuro que veía tan claro como el agua. Daenerys aprieta la mano de Jon y asiente con la cabeza hacia él y Jon asiente.

- El norte es suyo mi príncipe - dice Jon - mi padre y el suyo pelearon lado a lado en el pasado y yo pelearé a su lado si es necesario

- Ambos - Daenerys mira hacia el príncipe - ambos pelearemos si es necesario y si mis dragones crecen tanto como para ser montados entonces ellos también pelearán