II

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Lando Norris, él chico del que estaba enamorada desde que nos conocimos cuando teníamos diez años, el chico de mis sueños, el chico que iluminaba mis días más oscuros.

Los años habían pasado, y la verdad es que aún, después de otros largos trece años, él me seguía encantando, pero no era lo suficientemente valiente como para decírselo.

Y la verdad es que desde que él había empezado a competir en todas partes gracias a su deporte, nos habíamos dejado de ver seguido como antes.

Poco a poco los sentimientos iban degradandose, y me sentía un poco mejor. Incluso empecé una relación, una relación con Mateo, un chico que según él lo recitaba, estaba completamente enamorado de mí.

Y yo estaba junto a él, me gustaba, era lindo, era muy lindo, pero no era de la típica persona de la que te enamoras por su personalidad. Mí mente, me decía que lo amaba.

El día en el que mis padres decidieron hacer esta gala benéfica, todo se arruinó, mí supuesta felicidad al lado de Mateo se derrumbó, y eso por dos razones.

Primera razón.

Cuando entramos juntos, tomados de la mano en la gala, después de pasar por la multitud de fotógrafos. Mis ojos se iluminaron por la inmensidad de aquel lugar.

Mateo observaba el lugar con un poco de desinterés, eso odiaba de él. Pero como siempre lo ignore. Él de todos modos, era un ignorante, a mis padres no les caía muy bien, pero lo aceptaban de todos modos.

Caminamos por el lugar, durante quizás hora y media. Hasta que la puerta, justo en el momento que yo miraba hacia ella, se abrió dejando ver a un castaño, no, dejando ver a el castaño del que, aunque lo negara, estaba perdidamente enamorada, y algo en mí, en ese momento, se activo, como si hubiera estado siglos sin hacerlo.

Parecía seguir igual, parecía hacerlo pero no, sus rizos estaban más marcados, su cuerpo había cambiado, sus facciones ya no eran las de un niño. Lo que me seguía encantando era su sonrisa.

Sus ojos, sus ojos verdes mezclados con un celeste claro me encontraron. Y mantuvimos contacto visual por unos segundos hasta que alguien llego a su lado, un hombre, y le comenzó a hablar.

Además de eso, mí novio me agarró de brazo y me hizo dar la vuelta para decir.

– Amor, te presento a Rouse y Tiziano, son dos inversionistas, están preguntando por el negocio familiar que posees, quieren ver si podrían invertir en ustedes – Dijo mirandome a los ojos, y apretó un poco el agarre en mí brazo.

– Hola, es un gusto señorita. Nos han comentado que usted es la heredera del grupo Jones, somos de la empresa de inversionistas FK.

Los mire y sonreí.

– Mí padre les dijo que no hace muy poco tiempo, dejen de insistir por favor.

Sentí como Mateo soltó el agarre y miro a los inversionistas y indico que salieran de su vista.

– Muy bien, aunque creo que podrían ser bastante útiles.

– No te preocupes, si mi padre dijo que no, así va a ser.

Él me miro no muy conforme y se dio la vuelta para retirarse.

Volví mí vista hacia la puerta pero él ya no estaba.
Quizás era mejor.

Segunda razón.

Después de la cena todo el mundo había comenzado a beber, por más de ser una gala benéfica, la mayoría había venido para la fiesta luego de esta.

Ya eran como las 3 de la mañana cuando sentí la necesidad de ir hacia el baño, Mateo había desaparecido, de seguro estaba borracho y bailando en algún lugar, o eso creía.

~ ONE SHOT ~ Lando Norris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora