XI

3.1K 87 3
                                    

Pov Lando

Mí quijada está apretada, las venas de mí cuello de seguro están hinchadas, jodida mierda.

Estoy sentado en una de las mesas de la zona VIP que está en el piso superior del lugar donde vinimos con los chicos. Estaba cercano al borde de la barandilla por lo cual podía ver el piso de abajo con tan solo girar el cuello.

Y lo que estaba viendo hacia que mis venas hirvieran brutalmente.

Mí chica.

Mí mujer.

Mí novia.

Estaba cerca... Muy cerca de Stephan, un amigo de ella. No me cayó muy bien la verdad, la mira como si fueran algo más.

Bailan cerca uno del otro, Luise, por supuesto, no le veía una segunda intención a lo que el chico de pelo cobrizo recorría con sus ojos el cuerpo de Luise.

Le prometí a Luise que no sería celoso después de lo que pasó la última vez, pero esto estaba pasando mis límites.

Joder.

La mano de Stephan sostuvo su espalda y explote.

Salte del asiento hacia donde estaban las putas escaleras de caracol que baje a toda prisa, me acerque a los dos con enojo corriendo por mis venas que se calentaban y amenazaban con reventarse.

Tomé del cuello de la camisa al pelirrojo y lo apreté casi rasgando la tela.

-Maldito hijo de puta, ¿Pensas que no me doy cuenta? -él actuó asustado, pidiendo ayuda a Luise, pero ella nos miraba petrificada. Dejo de fingir en cuanto se dio cuenta de que ella no lo ayudaría.

-¿No sabes comp-

Antes de que terminara la pregunta con una media sonrisa en su rostro, golpeé su mejilla con fuerza, haciendo que terminara cayendo encima de otro chico que estaba bailando.

-No te vuelvas a acercar, maldito bastardo -escupí las palabras con desdén.

Tomé la mano de Luise con delicadeza, jamás la tomaría con fuerza en mí estado.

La conduje hacia la salida y nos montamos en mí coche, sin preguntas, sin palabras, así hasta llegar a nuestro departamento. Seguía celoso, eso se lo iba a dejar claro.

El ascensor. Acá empieza todo.

Apenas las puertas se cerraron la empuje contra la pared de metal y tomé sus glúteos elevando su cuerpo, cual por inercia, cerro sus piernas al rededor de mis caderas.

-¿Sigues recordado de quién eres? ¿Verdad? ¿Querés qué te lo recuerde?

Trago saliva y entre abrió los labios carnosos que tanto me tentaban a pecar.

Joder.

Estaba jodido.

-Mhn

Afirmó.

Sonreí y estampe mis labios con los de ella, que de inmediato se entreabrieron para permitir el acceso a mí lengua.

Me separé de ella por la intensa falta de aire y en ese momento se abrieron las puertas del ascensor.

La cargue con un brazo y comencé a caminar por el pasillo.

-Puedo caminar.

-Mañana no lo harás.

Empuje la puerta y nos cole dentro cerrandola con el pie.

Nos lleve entre besos y estrellones hacia nuestra habitación.

Me dejé caer en el borde del colchón y levanté su vestido tirándolo en algún lugar.

-¿Y tu ropa interior? -dije en un gruñido al verla.

-Se marcaba -solto entre jadeos.

Ella comenzó a mover sus caderas sobre mí pantalón haciendo que una corriente eléctrica recorriera mí columna vertebral.

Sentí como el pantalón se mojaba ante el contacto húmedo de sus pliegues; tomé sus dos manos y las lleve a su espalda. Solté mí pantalón rápidamente y cuando mí polla estuvo fuera, me deslice dentro de ella de una estocada fuerte y precisa.

Su grito de dolor y placer al mismo tiempo me hicieron querer más; continúe las embestidas fuertes y profundas, tocando ese punto perfecto con cada una.

Baje mis besos por su cuello y mordí fuerte en su punto sensible, arrancándole un alarido, pero calle su dolor pasando mí lengua sobre la piel afectada.

-¿De quién eres? -pregunte entre jadeos, gemidos y embestidas mientras mí mano libre iba directo hacia su garganta.

Ella no contesto.

Mí mano tomo todo su cuello emitiendo una leve presión, me aparte de ella para ver si rostro mientras la embestia.

Sus ojos estaban entreabiertos al igual que sus labios, sus mejillas sonrosadas y sus pupilas dilatas.

Apreté un poco más en cuello.

-¿De quién eres?

Ella me miró a través de sus gruesas pestañas sin abrir del todo sus ojos.

-Tuya.

Sonreí.

-Buena chica -dije ronco volviendo a morder su cuello.

Sus paredes me apretaron cuando su orgasmo llego, exprimiendo también mí polla que la lleno de mí.

Ella cayó a mí lado exhausta. Me levanté y me termine de sacar los pantalones y la camisa.

Me arrodille delante de ella en el borde la cama y abrí sus piernas para mí.

La mire desde ahí con una expresión lasciva en mí rostro y me acerque a oler su esencia deliciosa.

Aspire como si fuera una línea de nieve, sin apartar mis ojos de los suyos. Su espalda se arqueo y un ronco gemido salio de nuestras gargantas.

-Hueles delicioso -dije mientras tomaba su clítoris en mis dientes suavemente.

-Lando -jadeó.

-Dime.

Lo atrapé en mis labios y succione, tomando sus muslos y abriendolos con totalidad al notar que quisieron cerrarse por la sensación.

-Soy todo oídos -dije para después empezar a usar mí legua contra ella, sin apartar mi vista de ella.

-Es... Eres... Muy bueno -dijo entre jadeos, lo cual me motivo a seguir así.

Pase mí lengua por su entrada y me aparte después de haberla saboreado bien.

-Ponte en cuatro -Ordene mientras la miraba a los ojos, cuáles me miraban enojados por no darle un orgasmo con mí lengua.

Sin embargo, obdecio. Me puse detrás de ella y tomé sus caderas, bajando sus pechos hasta estar contra el colchón.

Volví a entrar en ella deleitandome con el sonido de nuestros cuerpos chocar y sus gemidos.

Apretaba mis manos en sus caderas con cada embestida y mordía cuello por la espalda de vez en cuando.

-Dios -escuché entre gemidos de su boca.

-Dios no te va a dar un puto orgasmo, lo haré yo, di mí nombre -dije apretando mis dientes y dándole una nalgada.

Ella se volvió a venir sobre mí polla y con un gruñido gutural y una última embestida no pude evitar correrme dentro de ella, otra vez.

-Joder.

***

MUAJAJAJAJ hola, se terminó el capítulo, no es muy bueno, pero di todo mí esfuerzo, estoy muy mal de imaginación... Muy mal.

¿Qué les pareció el nuevo livery?

A mí me encantó.

Bye.

Te amo.

~ ONE SHOT ~ Lando Norris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora