XIII

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POV Luise

  La fórmula 1.

Un deporte donde tu y el auto son uno solo.

Para mí, siempre fue el mejor deporte del mundo. Para otros, solo es un simple deporte más, donde "solo conduces detrás del volante, todos lo podemos hacer".

Mí sueño siempre fue estar detrás de un volante. ¿Y lo mejor? Es que lo he cumplido.
Lo que me ayudó a cumplir sin importar los estereotipos, fue la frase que siempre mí madre repetía.

"¿Qué tan grande soñarias si supieras que no puedes fallar?"

Soñé muy grande... Y lo conseguí.

Estoy aquí.

Estoy dentro de un monoplaza. Estoy conduciendo a más de ciento noventa millas por hora. Lo estoy haciendo.

—Luise tienes a Norris atrás con DRS —dijo mí ingeniero.

Apreté el paso en la recta y vi como la punta del sucio hocico naranja se asomaba por el retrovisor.

Estoy con el equipo Mercedes AMG Petronas Formula One Team. Tengo el honor de cargar con su camiseta, de conducir sus autos y ser compañera de Lewis. Es un honor.

Este año estamos en una reñida pelea por el campeonato de pilotos y de constructores con McLaren.

Un pequeño empujón me movió el auto en la curva.

—¡¿QUÉ MIERDA ESTA HACIENDO?! —. Grité por la radio.

—Tranquila, se está investigando.

Investigando mis pelotas, saquenle la puta licencia a este hijo de su madre.

Así transcurrió la carrera, entre empujones de su parte y gritos de rabia de la mía, termine en el primer lugar y él quedó segundo.

Estacione en el auto y salí rápidamente al igual que él, me acerque y lo empuje fuertemente.

—¿¡QUÉ CARAJOS TE PASA?! CASI ME MATAS ALLÁ —. Grité a través del casco.

—¡NO ME DEJABAS PASAR!

—¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡ESE ES MI PUTO TRABAJO!

Él solo se calló y me miro a través del hueco del casco.

Será imbecil.

***

Dos semanas después

Conferencia de prensa.

—Luise, ¿Qué piensas de tu rivalidad con Lando?

Mire hacia el nombrado y sonreí.

—¿Rivalidad? ¿De qué hablan? —. Me gire hacia él y con tono sarcástico dije —¿Soy una rival para ti?

Él ni siquiera me miro. Sonreí complacida, lo había alterado aquello y me encantaba. Mire hacia el reportero y con una sonrisa me encogi de hombros.

—Lando, se habla de que has tenido mucho contacto contra el monoplaza de Luise en las últimas carreras, ¿Algún comentario? —la pregunta me hizo sonreír.

—Yo no he tenido contacto ni con ella ni con su monoplaza, solo está lloriqueando cada que lleno su espejo retrovisor.

—Y tu te quejas porque hago mí trabajo, que es no dejarte pasar.

Él gira su rostro hacia mí lleno de furia.

—Si cumplieras tu puto trabajo serías más blanda y no tan violenta al no dejarme pasar.

—Mi trabajo es no dejarte pasar cueste lo que cueste.

Peleas, típicas peleas.

Antes de que él pudiera seguir hablando me levanté y camine lejos de la mesa saliendo de el lugar inundado de periodistas que por seguro hablarían de esto.

Una vez en mí sala de descanso, alguien cerró la puerta a mis espaldas. Al parecer la habia dejado abierta.

Me di la vuelta justo cuando un pecho me tiró hacia atrás haciéndome chocar contra la pared sacándome un jadeo.

—¿Qué carajo-

—Escuchame. Me pones de mal humor, joder. Haces que todo el puto buen humor se vaya y siempre me ganas en las discusiones, te odio tanto. Pero me encantas joder; esa lengua afilada, esa manera de conducir...

Sus ojos verdes brillaban con algo que no se describir, ¿Ira? ¿Lujuria? No, no podía ser, él me odiaba.

—¿Qué-

—¡Silencio!, joder, ¿Tanto te cuesta obedecer? —abrí los ojos sorprendida —Luise, maldita sea, eres jodidamente atractiva —¿Qué acabo de escuchar?

Entre abrí los labios para intentar hablar, pero aparte de que no salió una mierda de mí boca, él me beso... ÉL ME BESO, JODER.

Y... ¿Dios? ¿Cómo carajos podía saber tan rico?

Me deje llevar y tome su nuca en mis manos profundizandolo.

Carajo, era como una puta droga.

Anuncio que me he vuelto jodidamente adicta con solo una probadita.

Espera, esto está mal... Muy mal.

Lo aleje de golpe y buscando aire salí de su agarre contra la pared.

—No no no, espera, se supone que tu-

Su mano agarró mí brazo dándome vuelta y sin darme tiempo de reacción, me volvió a besar y... Joder... Ya no podría escapar.

—No, no te odio joder, tuve miedo, miedo de enamorarme, pero ya es muy tarde.

Mí corazón dio un vuelco, ¿Me amaba?

¿Qué mierda está pasando? ¿Es esto uno de esos programas de cámara oculta?

—Eso no puede ser real —dije sobre sus labios, él sonrió y mis alarmas se encendieron —¿Esto es falso? —pregunte, con el corazón a medio camino de ser arrancado a la fuerza.

Él movió la cabeza de un lado al otro y con su manos en mí cintura dijo algo que me cambiaría para siempre.

—Es lo más real que te he dicho en toda mí vida. Y te lo diré mil veces más si es necesario, solo para que lo creas.

***

Corto, pero lindo.

Besos.

Besos

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~ ONE SHOT ~ Lando Norris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora