XXIII

1.4K 53 0
                                    

Lando

Estaba en una fiesta con los chicos y mientras caminaba a la barra vi un pelo negro, que me recordaba tanto a alguien, ¿A quién? ¿A ella? No, era imposible. O tal vez no, ¿Aixa? ¿Sería ella?

Cuando volví a mirar al lugar ya no la encontré, mierda. ¿Y si era ella? O quizás me estoy volviendo loco.

Caminé entre los susurros de la gente que se pegaba a los cuerpos de otras personas. La mayoría me miraba y algunas cámaras de sus celulares se encendían mientras pasaba.

Llegué a la barra después de unos cortos minutos, pedí un 'Sex On The Beach' y comencé a esquivar las personas mientras iba camino a mí mesa nuevamente.

Cuando llegue a la mesa no podía creerlo. Ella, la chica que tanto me hubiera gustado que me detuviera aquel día, estaba sentada y tan bella como siempre lo había sido, con sus ojos negros clavados en Kimi Antonelli, le sonreía de esa manera tan... Tan ella, algo se movió en mí interior, me dieron ganas de agarrarla y llevarmela.

Me senté a un lado de Kimi y a ella se le borró la sonrisa cuando me vió.

—Hola, cuánto tiempo —Dije mirándola a los ojos de manera sería. Mientras al mismo tiempo las señas correspondientes.

Ella claro que no respondió, pero toda la mesa estaba atenta a lo que decíamos.

—¿Por qué hiciste señas? —Pregunto Kimi.

—Ella es sorda —Dije como si fuera lo más obvio del mundo.

Entonces ella habló.

—Tengo aparatos auditivos desde hace unos años así que ya puedo escuchar y hablar con casi naturalidad —Su voz, mierda su voz.

Puede que acabará de morir al escucharla hablar, porque lo había hecho.

—Entonces, ¿Ustedes se conocen? —Pregunto receloso Oliver.

—Sí.

—No.

¿Cómo que no?

Los chicos nos miraron confundidos.

—Esta bien, sí, nos conocemos, pero fue solo por un fin de semana que él me habló.

—Porque tu desapareciste.

—Porque ni siquiera vivo en Mónaco.

—¿Y yo como iba a saber?

—Exacto, ¿Cómo ibas a saber? Si de un día para el otro cambiaste de actitud.

Su rostro demostraba odio, furia. ¿Por qué estaba enojada? Yo merezco estarlo, ella se beso con otro enfrente de mis narices.

—Porque te ví, te vi besarte con ese tipo que te arrastró fuera del podio. Te ví y no pude hacer absolutamente nada, y nunca me había sentido así, con nadie joder. Ahora incluso, cuando te vi sonreírle a ese tarado...

—¡Ey!

—Tenia ganas de arrastrarte fuera de aquí y hacerte toda mía, de pies a cabeza. Porque, joder, Aixa, no te conozco de nada y quiero conocerte.

Me levanté de mí asiento y la agarre del brazo, cuando estuvo de pie la besé, la besé como si fuera lo más rico del mundo y cuando me separé porque ella me empujó, volví a besarla de manera brusca con un gruñido contra su piel.

—Me separé de ti por seis años, no esperes que vuelva a retroceder.

Ella tomó la iniciativa esta vez y me beso, me beso con esos labios tan esponjos que me había propuesto probar algún día, y que por capricho no volví a ver.

—Bueno ya —interrumpio Kimi.

—Busquen un hotel —dijo divertido Carlos.

Me separé de los labios de Aixa pero no nos alejamos, tomé su mano y la guíe hasta la pista de baile.

—Siento mucho haber actuado así —dije en su oído minutos más tarde.

—¿Así cómo?

—Aquella vez, no te di una explicación razonable de por qué me alejé tan repentinamente de ti.

—Es verdad, aunque no sabias hacer señas —dijo divertida.

Me reí suave.

—Es cierto. Pensé que no podrías hablar aún con los aparatos.

—Tuve que practicar mucho. Hay palabras que me cuestan aún —susurro —Y ¿Entonces?¿Por qué te alejaste así?

—Te vi besarte con otro hombre, y no lo soporte.

—Ah, con Lucas —que recuerde su nombre hace que hierva la sangre. —Él era un idiota.

—Entonces ¿Eso significa que ya no estás con él?

Ella comenzó a reír mientras seguíamos bailando, se veía tan hermosa, con los ojos cerrados y las manos en mis hombros, con ese vestido negro que tan bien le quedaba.

Pero un sonido raro comenzó a taladrar mis oídos. Mierda, no no no no.

***

El sonido se aclara cuando abro los ojos.

Un sueño.

Todo había sido un sueño. Suspiro y noto el bulto en mis pantalones, joder.

Algún día voy a encontrarte, Aixa.

~ ONE SHOT ~ Lando Norris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora