~ ONE SHOT ~ Lando Norris

XIX

Son las 1 am en Argentina, ya pasaron más de... No sé, pero necesito hacer este especial First Win...

¿Quién más lloro a mares por la primer victoria de nuestro ojos bonitos?
Yo casi inundo la casa.
Aún sigo sin creerlo.

Este capítulo va a estar basado en este GP.

Quisiera poder recrear el momento para que, a través de estas letras, pueda quedar para siempre.

Pero sé que siempre va a quedar en nuestra memoria.

Aquel 5 de mayo del 2024, donde un chico que nos alegró la vida, obtenía su primer victoria... Aquel 5 de mayo donde él cumplió uno de sus sueños, para tacharlo y comenzar a escribir el siguiente.

El 5 de mayo que nos alegró, nos hizo llorar, reir y gritar.

***

4//5//2024

Luise.

Habíamos despertado un poco más tarde de lo normal, él tenía sus brazos en mi cintura, abrazándome, como si yo fuera a escaparme de sus manos.

-buenos días -susurro recién despierto en mí oído y luego un largo bostezo.

-¿No deberías darte prisa? -dije con los ojos cerrados aún. -Andrea te dara un par de zapes.

Él río y se me echo encima.

-que no se te ocurra -dije abriendo los ojos de golpe. Él puso una sonrisa malvada, y comenzó a hacerme cosquillas haciendo que me retorciera. -hijo... Del diablo.

Dije entre risas y manotazos para intentar escapar de él.

Después de un rato, hablando tranquilamente nos apresuramos a llegar al estadio. Estuvimos hablando con algunos miembros del equipo, algunos fans que se acercaron a él, y me ofrecí a sacarles fotos.

He visto muchas wag, que no soportan que sus parejas estén mucho tiempo con los fans... Sinceramente a mí me encanta, porque sé lo bien que Lando nos hace, es... Es... No tengo jodidas palabras para explicar lo bueno que es.

Él llegó a mí vida en un momento complicado, estaba yendo cuesta abajo. Pero... Él me cruzo... Iba hacia arriba, y iba subiendo lento en ese momento.

Aún así... Yendo lento, aún que él se haya cruzado por accidente en mí caída, me levantó, sin él saberlo, me levanto y poco a poco, ambos comenzamos a trabajar juntos, comenzamos a subir los escalones de dos en dos.

Y sí, hay veces que retrocedimos tres escalones, pero subimos seis.

Y hoy... Hoy fue uno de esos días en los que él se desequilibrada en nuestra subida, pero yo lo me aseguraba de sostener su mano y hacer que sus pies se queden en nuestro escalón, y así poder volver a subir.

Si él se caia, yo lo ayudaría.

No era necesario que él me lo pida.

Yo estaría ahí para él.

Siempre.

***