10 - El Pasillo de Pesadillas

102 7 2
                                    

°•○•☆•○•°


Una mirada cristalina, con lágrimas frescas, se abrió abruptamente, parpadeando por el dolor que sentía. Viendo tanta luz por primera vez, Seiya trato de acostumbrarse a su alrededor.

Lo primero que noto, fue algo suave, demasiado suave, bajo su cuerpo. Voltio su mirada borrosa hacia abajo, y se dio cuenta que estaba sobre una cama, adornada por cobertores blancos.

"¿Que...donde-?" apenas y pudo decir Seiya, su voz raspada por alguna razon extraña. Notando algo caer de su mejilla, levantó su mano a limpiar...¿una lágrima?

'¿Porque- estoy llorando?' Se preguntó a si mismo, sintiendo nuevamente otra lágrima caer.

Miles de preguntas empezaron a murmurar contra su mente, sin dejar lugar para si mismo pensar en cada una.

Con un miedo surgiendo, Seiya volteo a ver a su alrededor, notando que estaba sobre una cama enorme, que parecía ser lo único cercano en este lugar.

"¿Hola?" dijo su voz nublada con terror, hablando esencialmente a nada en este momento. Ni una sola alma en vista.

Sin saber que más hacer, Seiya hizo su mejor esfuerzo para salir de este abismo de cama, logrando llegar a la orilla.

Ahí es cuando noto su, atuendo...particular. Para ser franco, esto no parecía ser algo que llegara a usar-

.

"¡Seiya!"

.

Con un susto enorme, Seiya no cuestionó nada más, levantándose rápidamente, viendo a su alrededor.

"Esa voz-"

"¡Seiya!"

"¿Que- ¡hola!?" respondió Seiya, sintiendo como si esa voz lo llamara en una cierta dirección, cual por coincidencia, llevaba hacia la salida de este lugar.

"¿¡Hola!?" Volvió a preguntar Seiya a este abismo de lugar, corriendo hacia aquella puerta enorme, esperando ser su salida de aqui.

Al llegar ahí, Seiya se sorprendió a cual facilidad se abrió, sin seguridad alguna.

.

"¿¡Seiya- donde estas!?"

.

"!Ayuda- aqui estoy!" Grito con toda sus fuerzas, logrando ver un pasillo largo en frente de el. Su instinto dijo que corriera, que aproveche esta oportunidad en salir de aquí, donde sea que sea, 'aqui'. Así que lo hizo.

Corrió.

Corrió.

Y corrió aun más.

Lo que parecía una eternidad de pasillo, y esa voz que lo seguía llamando, era lo único que lo guiaba a dios sabe donde.

Solo debía correr, correr, y seguir, hasta llegar a algún lugar, donde sea, menos aquí.

Amor Prohibido // Saint SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora