Seiya había sido engañado toda su vida. Sin saber la verdad de su origen, el a sido sirviente de Athena por muchos años.
Hasta que un día, su vida cambió de la noche a la mañana. Amigos ahora eran enemigos, y su amado ahora era solo una memoria dist...
Entre aquella tormenta infernal, miradas conflictivas fueron intercambiadas. Sería el destino cruel que ahora los ponen en esta situación...frente a frente con alguien que una vez llamaron el mas fiel hacia la justicia. No entendían el porque, Seiya ahora siguió un camino junto a aquel hombre- o más bien, con aquel dios.
Su apariencia extraña, junto a aquella mirada confundida...no la entendían los caballeros. Ver a Seiya vestido con trazos de su armadura celeste, les trajo a los cuatro más cercanos a el, memorias...no tan agradables.
Hace tanto tiempo, que no veían a aquella armadura con tanta diferencia.
En su reciente cumpleaños, Seiya vestía de misma manera. Su sonrisa desvaneciendo aquella imagen de su cuerpo muerto, y frío al toqué, justo después de la batalla con Hades. Aquella noche hermosa, Seiya bailo junto a Aioros, dándole a aquella armadura, una oportunidad de brillar como nunca antes.
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Y ahora, esa misma creación celestial, nuevamente se encuentra perdida. Postrandose sobre el cuerpo de su dueño, quien ve a su familia como si fueran los peores enemigos que podría desear.
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Loki sonrió, "Saludos~, caballeros de Athena."
Al igual que su rostro, la voz de Loki sangraba con ser de odio.
Seiya endureció su postura, recuperando su aliento, y nuevamente postrandose de forma defensiva, su cosmos emergiendo con vitalidad, y poder. "¿Quienes son, y porque persiguen a mi esposo?", dijo Seiya, con una voz tan inusual de su parte.
Los demás caballeros postraron sus posiciones defensivas por igual, sin poder ignorar el hecho de poder llegar a pelear contra el caballero de pegaso.
El gran asesino de dioses...
al igual, que un amigo..
y un amado.
"Estos caballeros, han venido a herirnos..", dijo Loki, apuntando con un dedo justo al centro; hacia Aioros, "..para ser precios, aquel de ahí, quiere matarte.." Sonriendo de satisfacción, vio como los demás compañeros de aquel estorbo dorado, gruñeron a tal cosa. Por ninguna razón le creyeron a este hombre, con una nueva indignación añadida a la rabia que sentían.
Aioros suspiro de tal acusación, ¿Cómo demonios le podría llegar tal pensamiento? ¿Quien podría creer tal cosa? Apenas intento defenderse contra aquello dicho, solo para ser silenciado por la mirada de Seiya. No podia encontrar rastro de duda en sus ojos...¿Rojos?.
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