Sentimientos

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POV Katniss

La entrevista ha ido más que bien, al menos eso creo ni yo misma puedo creer lo que he hecho, Haymitch dijo que debíamos mostrar algo real, que es más real que un beso frente a millones de personas, no estaba segura de pedirle consejos a un alcohólico, pero no tenia de otra, Peeta siempre parece tan natural frente a cámaras, la ha regado un par de veces pero nada que no pueda corregirse. Recuerdo que durante los Juegos me parecía una completa marioneta del Capitolio, de no ser por sus acciones altamente rebeldes, lo aborrecerá en este instante por dejarse mangonear, sin embargo, ahora veo que no es más que mera supervivencia.

El verlo martirizarse por lo que nos está pasando sin duda me muestra cuán fuerte es, no me imagino como debe sentirse fingir ser alguien que no eres, se que tendre que hacerlo también de ahora en adelante pero se que jamas lo haré tan bien como Peeta.

El beso que acabamos de compartir, mi primer beso, me hace sentir extraña, casi me hace sonreír, pero no, todo esto no es más que un acto, no puede ser real.

Sin embargo, la sensación extraña en mi estómago me recuerda aquella vez que bailamos, cuando regresó de los Juegos como un Vencedor, Prim realmente quería probar todo, no me pude negar a darle tanta comida. Prim definitivamente es mi única debilidad. Creo.

Ese día no planeaba quedarme a la fiesta, simplemente recogería la comida y dejaría a Prim probar lo que pudiera, sin embargo, de alguna manera termina bailando con Peeta.

La forma en que sus brazos me sostenían me hizo sentir una sensación extraña en la boca del estómago, algo que volví a sentir hoy con su beso.

Jamas habia besado a nadie, nunca, los chicos no tienen espacio en mi vida, no es algo que jamas me habia interesado, y no lo hace, sin embargo, Peeta, de una manera extraña, no hace más que nublar mis sentidos, y no es que sea ciega, el panadero es guapo.

Todas las chicas siempre están chismeando acerca de lo guapo y fuerte que es, desde antes que fuera seleccionado, era considerado de los chicos mas guapos, pero jamas lo vi con nadie, solo era Delly quien siempre estaba con él, incluso había un rumor sobre que eran una pareja, pero jamás vi nada. Pero si notaba la forma en que esa chica lo miraba.

Cuando Peeta estuvo en los Juegos incluso hubo un grupo de chicas que intentaron enviarle algo de comer, pero estamos en el 12, compartir significa no comer. Así que rápidamente la iniciativa se disolvió, trate de ayudar, pagar una parte de mi deuda, pero no fue posible, Peeta ya ha salvado una vez mi vida y la de mi hermana, lo menos que puedo hacer, es tratar de ayudarlo, sacarlo de este hoyo. No me agrada la forma en que esto me expone, pero no hay de otra, nuestras vidas corren peligro.

Al llegar a mi casa cuelgo mi abrigo caro, voy directo a la habitación, ni siquiera saludo a Prim, sé que ha visto la transmisión, pero no quiero verla aun, moriría de vergüenza. No soy yo misma en este momento.

Cierro la puerta detrás de mí y me tiro sobre la cama, miro al techo y doy un suspiro, todo este enredo en mi cabeza. Por un chico, me siento estúpida, completamente estúpida.

A veces, solo a veces, quisiera una vida normal, no tener que preocuparme cada día por que le daré de comer a mi hermana, que mi vida no corriera peligro cada segundo que pasa.

Me lo permito, por dos segundos, o tal vez cinco, soy una chica tonta a la que le han dado un beso, trato de suprimir el sentimiento lo mas que puedo pero la verdad es que no puedo, una sonrisa de tonta aparece en mis labios, la dejo ser, suelto un suspiro, cierro los ojos y mi rostro se relaja.

Me levanto de inmediato y comienzo a quitarme de encima todo lo que me han puesto. No quiero ni ver lo tonta que me veo en televisión, pero, que les den, tengo cosas más importantes por las que preocuparme.

Estoy lavando mi rostro cuando escucho que tocan la puerta, mi corazón late con fuerza, me pongo una camiseta y pants. Salgo de inmediato. Mientras me aproximo, noto que los golpes en la puerta son un poco agresivos, lo que me hace fruncir el ceño. Al abrir la puerta el rostro que veo me deja extrañada.

-Gale. 

La esposa del vencedorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora