La esposa del vencedor

El comienzo

Katniss abraza a Prim y acaricia sus trenzas rubias, se miran a los ojos y se despiden de manera emotiva, Katniss siempre quiere parecer fuerte, pero en el momento que Prim está cerca se olvida de todo eso.

Todas nuestras cosas ya están en el tren, ya he ido a la panadería a despedirme de mi familia, el más afectado fue mi padre, me dio sus mejores deseos. A veces quisiera que fueran más afectivos, pero en fin, tengo más cosas por las que preocuparme.

Haymitch ya está dentro del tren, seguramente en el bar, no lo juzgo sinceramente.

Para mi sorpresa, Prim viene hacia mí y me abraza con fuerza, murmura contra mi pecho.

-Cuida a Katniss por favor.

Devuelvo el abrazo y le prometo protegerla con mi vida, Prim regresa con la señora Everdeen y comenzamos a subir al tren. Tomo a Katniss de la mano y la ayudo a subir.

Nos instalamos en el tren y para mi sorpresa Effie nos dice que nos han preparado una habitación.

-¡Yo también fui joven!- simplemente dice y nos guiña un ojo, nos deja dentro de la habitación y se va, dejándonos un poco demasiado avergonzados.

Rasco la parte posterior de mi cabeza y evito la mirada de Katniss.

-Puedo dormir en el sillón del otro vagón, no te preocupes por nada preciosa.

Le digo armándome de valor y observando su reacción. Katniss esta muy sonrojada pero me mira con lo que supongo es sorpresa.

-No, no hay manera, deberás descansar bien, este viaje será difícil para ti, esta bien si compartimos la cama, es demasiado grande de todos modos. - dice desviando la mirada y poniéndose aún más sonrojada.

-Katniss, recuerda que para mi lo principal es que siempre te sientas segura a mi lado.

Ella suelta un suspiro y asiente.

-Gracias.

Comenzamos a poner nuestras pocas pertenencias en la habitación y al terminar llevo a Katniss al vagón comedor.

-Tienes que probar la comida, tienen algo que se llama chocolate caliente que es lo mas delicioso que he probado en la vida.

Ella sonríe ligeramente y me sigue entusiasmada.

Haymitch y Effie ya están ahí tomando su almuerzo, nos reciben con un bufido y un entusiasmado ¡bienvenidos! respectivamente.

Recorro la silla de Katniss para ayudarla y me siento a su lado. Comienzo a preguntarle qué es lo que quiere probar y ella, aunque tímidamente me dice que si a todo. Pongo un poco de mis favoritos en su plato.

No hago mas que mirarla probar la comida y cada gesto de satisfacción que hace me tiene realmente embobado.

-Cierra la boca chico, te entraran moscas.

Interrumpe Haymitch mi ensoñación y suelta una risotada. Effie rie de manera cómplice y suelta.

-Disfrutenlo, te lo haz ganado Peeta.

El comentario de Effie no hace más que regresarme la realidad de golpe, me recuerda cómo llegué aquí, estaba tan concentrado en Katniss que casi me olvido el motivo de todo esto, me lo he ganado pero a costa de que.

-No es algo que me enorgullezca Effie.

Le digo lo más amable que puedo, el estómago se me ha revuelto y el apetito ha desaparecido, me disculpo y me retiro de la mesa, camino un poco de prisa sin saber a dónde ir.

Llego al último vagón, es amplio y solo hay sofás con ventanas amplias. Me siento a esperar la puesta de sol y aprovecho para observar el paisaje del camino.