La Princesa y el Guerrero

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Themyscira, cerca del Campo de Entrenamiento de Atenea.

Antíope: ¡Apocles, Apocles! ¡Es hora de iniciar tu entrenamiento!, *frustrada* es la tercera vez que se escapa, ni siquiera es un entrenamiento estricto.

Mientras ella buscaba entre la hierva del pequeño bosque, en una de las ramas estaba un niño de unos 10 años viendo a su madre buscándolo por todos lados mientras reía de manera traviesa para después saltar y salir corriendo con su madre gritando su nombre detrás de él, mientras que Epione estaba en las mismas, sólo que era con la pequeña princesa de también 10 años que se le había escapado en un descuido, ambos infantes se adentraron a la ciudad de la isla mientras los saludaban las amazonas hasta perder a ambas adultas entre los callejones y reunirse ambos detrás de un arbusto.

Diana: Jajaja, esto siempre es divertido, Apocles.

Apocles: Jaja si lo sé Diana, *mira a un lado* mira, están entrenando.

Ambos niños se dieron cuenta que estaban frente al campo de entrenamiento de las Amazonas, habían unas montando a caballo, otras disparando con arcos y flechas y otras luchando cuerpo a cuerpo, ambos infantes se quedaron maravillados por esto, siempre han admirado a las guerreras que pasaban largas horas entrenando arduamente hasta el cansancio.

Apocles: *ojos de estrella* Son asombrosas.

Diana: Si, algún día seré como ellas.

Apocles: Yo también.

Diana: Ja, si no es que te gano.

Apocles: Eso lo veremos.

Ambos se pusieron en guardia y comenzaron a "pelear" por así decirlo, ya que sus golpes apenas y podrían ser sentidos por las amazonas más experimentadas, las cuales se dieron cuenta de los dos infantes que estaban encima de la pared desde donde las estaban viendo entrenar, Phillippus estaba ahí también sonriendo por la acción de los dos, las amazonas notaron que la niña estaba ganándole al niño hasta que lo derribó tomándolo del brazo y estrellandolo contra el suelo soltando un pequeño quejido seguido de unas risas de ambos, hasta que notaron que los estaban viendo y de que tanto Epione como Antíope se estaban acercando desde abajo, por lo que decidieron salir corriendo sacandoles unas risas a las amazonas que entrenaban.

Amazona: Al menos sabemos quien puede detenerlo en caso de que se rebele cuando sea hombre.

Phillippus: Jeje, no digas eso, él jamás lo haría.

Volviendo con los dos, ambos seguían corriendo hasta que intentaron saltar del camino al techo de una casa hasta que dos brazos los tomaron de la ropa de cuero que ambos llevaban, siendo Hipólita la que logró atraparlos.

Diana: Jeje, hola madre ¿Cómo estás hoy?

Apocles: Jeje, hola Tía Lyta.

Hipólita: *voltea los ojos* Ustedes dos si son un caso *Los sube a su caballo*

Diana: ¿Crees que debería empezar mi entrenamiento?, Antíope cree que estoy lista.

Apocles: Si tía, nos cuidaríamos espalda con espalda.

Hipólita: *mira a su hermana acercarse con un caballo* ¿En serio? ¿No te es suficiente con tu hijo como para que tengas que vigilar a Diana?

Antíope: Claro *carga a su hijo hacia el caballo*, pero sé como controlarlos si se salen de control.

Apocles: ¡Ay no, anguilas crudas no!

Antíope: Jejeje, te lo mereces por escaparte jovencito, *a Hipólita* en cuanto a Diana, podría enseñarle algunas cosas, al menos debería aprender a defenderse.

Kal-El, Hijo de ThemysciraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora