Capítulo 39. Delicioso

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Toda su fuerza abandonó su cuerpo. Como un muñeco de algodón, cuando es mojado, Jimin se desplomó en los brazos de Yoongi.

Yoongi lo miró y bajó la cabeza. 

"Elige. ¿Qué quieres hacer ahora?", preguntó.

Un aliento caliente salió en cuanto Jimin abrió la boca. La claridad de su mente le abandonó pieza por pieza, a medida que la fiebre crecía. Sus pensamientos originales desaparecieron lentamente en un abismo mientras su razón era reemplazada por un deseo honesto.

Levantó sus pestañas y parpadeó en silencio. Su mano tembló ligeramente al extenderse y agarrar cuidadosamente el dobladillo de la ropa de Yoongi.

Con eso fue suficiente. Yoongi abrazó aún más a Jimin y caminó en silencio por el jardín. Los sirvientes de Ma Dongseok estaban a la vuelta de la esquina, su rabia se podía escuchar fácilmente.

"¡Ven aquí ahora mismo! ¿Crees que puedes esconderte?" Gritó con rabia. "¡Será fácil si sales ahora...!"

Sin embargo, en la seguridad del hombre que lo sostenía, Jimin no tenía el más mínimo miedo. Era como si los ruidos que se dirigían a él provinieran de otro mundo. Sentía como si estuviera escuchando desde el interior de un sueño, los gritos eran débiles y se dispersaban. Este lugar era seguro. El hombre que le sostenía lo protegía dentro de su sueño, y Jimin se apoyó un poco más en él.

Yoongi se detuvo por un momento y miró a Jimin, luego dirigió su mirada hacia donde Seok estaba gritando. Entonces, con sus ojos hizo un gesto hacia arriba, y una sonrisa se formó en su rostro. Jimin escuchó el crujido de las hojas sobre sus cabezas.

Tenía curiosidad y quería saber quién era, pero su cabeza se sentía pesada. Con la poción en sus venas, no podía mantener su cuerpo lo suficientemente estable, la fiebre sólo se acumulaba. Jimin se retorcía incómodo y silenciosamente.

La parte inferior de su cuerpo se sentía entumecida, añadiendo a la sensación de ardor que había sentido desde hace tiempo. Una sensación de cosquillas lo invadía constantemente, incapaz de deshacerse de la irritante sensación, se retorcía de dolor, tratando de encontrar una liberación. Jimin jadeaba continuamente y retorcía sus muslos. Sentía que iba a morir si no quitaba este calor ahora.

Yoongi lo miró y chasqueó la lengua.

"Aguanta. Si no, acabaremos haciéndolo delante de los hombres de tu prometido."

Le dio un mordisco al cuello ruborizado de Jimin.

"No me importa."

No eran palabras vacías. Yoongi se rió. Definitivamente era capaz de cumplir su deseo fácilmente.

Jimin mareado, agitó su cabeza con prisa. Una pequeña risa salió de su boca. Besó a Jimin en la frente y empezó a moverse de nuevo.

Él le confió completamente su cuerpo. El entorno cambiaba rápidamente, cada vez que cerraba y luego abría los ojos. Después de un tiempo, los violentos gritos de Dongseok ya no se podían escuchar. Tampoco la música del salón de banquetes resonaba a su alrededor. No podía escuchar ningún sonido similar. Sólo los ruidos tranquilos de las cigarras en la hierba, y los cantos de las aves nocturnas sonaban en el aire.

Cuando cerró los ojos una vez más, Jimin se encontraba en un lugar desconocido.

El aroma de las flores frescas impregnaba el aire; suave y espeso, como la crema. Las flores que estaban a punto de florecer estaban teñidas de rosa, y las que habían florecido revoloteaban con el viento. Sus pétalos blancos bailaban en la brisa.

La espléndida vista de las Begonias Tuberosas bajo la luz de la luna era increíblemente hermosa. En Estia, había vivido toda su vida, y visto los lugares glamurosos alrededor del palacio. Sin embargo, nunca había sabido nada. Resultaba tan extraño y desconocido que se sentía como un sueño.

El Príncipe y el Salvaje - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora