Capítulo 40. Dos personas disfrutando bajo la Luz de la Luna.

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En una ocasión normal, si hubiera escuchado sus palabras obscenas, tal vez se habría sonrojado. Las palabras eróticas, por vergüenza, le habrían hecho sentir disgustado. Sin embargo, actualmente Jimin no podía reaccionar.
Sentía como si la abrumadora cantidad de placer del intenso ataque de Yoongi hubiera adormecido su cerebro, convirtiéndolo en un pudín aplastado. En su estado debilitado, sólo podía agarrar impotentemente el dobladillo de su vestimenta con sus manos temblorosas.
Las huellas carmesíes de sus palmas adornaban sus pálidos e impotentes muslos. Yoongi, aún sin asfixiarse, chupaba con fuerza entre sus labios,
dejando sólo otra marca deslumbrante.
El acto fue tan salvaje, que al mirar hacia abajo, se podía mirar sus muslos marcados con sus huellas. Era un significado claro.

Tú eres mío.

Exhausto y completamente impotente, Jimin se estremeció de repente. Mientras estaba siendo atacado por Yoongi, su mirada se fijó accidentalmente en eso. El rey bárbaro agarró lo que acababa de sacar de la cintura de sus pantalones.
Con semejante monstruosidad, incluso en su estado de confusión inducida
por las drogas, Jimin se sintió incómodo, pensando que sería demasiado para él,
incluso insoportable.

Su gruesa longitud tenía vasos sanguíneos abultados. En su estado, se
notaba que palpitaban. Decir que su tamaño era tan grande como la cabeza
de una joven bestia, no sería una exageración. Los dedos de Yoongi frotaron su intimidad y la cabeza de su monstruosidad se golpeó contra su entrada. El acto, acercándolos, hizo que su corazón se acelerara. Con la poción en sus venas, le costaba hablar, su discurso se distorsionaba, sus palabras se arrastraban sin control. Sin embargo, él luchó contra el peso de su lengua.

"Es demasiado grande...eso, eso, eso no entrará..."

Las palabras se escaparon de sus labios tartamudeando.
La risa de Yoongi, que sonaba distante, le rozaba los oídos.

"No funcionó la última vez. ¿Ya lo has olvidado?"

Al contrario de lo que acababa de decir, no había forma de que él pudiera olvidar su acalorado encuentro. ¿Cómo podría? Había sido la experiencia más impactante de la vida de Jimin. Sin embargo, viendo su falta de respuesta, Yoongi concluyó por sí mismo que él, de hecho, lo había olvidado.
Un bajo gruñido salió de su garganta, y se rió maliciosamente.

"Tendré que hacerlo a menudo entonces, para que no lo olvides."

Antes de que Jimin pudiera pronunciar algo en respuesta, Yoongi se metió dentro. No pudo evitar gritar, tan pronto como su gruesa monstruosidad entró; el inmenso placer y el inevitable dolor que lo acompañaba, era abrumador. Eso no era algo que su cuerpo pudiera soportar fácilmente. Aunque le había relajado diligentemente con sus dedos, su parte inferior apretaba fuertemente, un débil intento de empujar hacia afuera el objeto extraño. Su estómago se sentía lleno hasta el borde, y se podía observar un ligero abultamiento. Sus lágrimas mezcladas con saliva llegaban a su barbilla. Fue entonces cuando él comenzó a mover su cintura hacia atrás y hacia adelante, luego agarró la cintura de Jimin con fuerza y lo embistió, empujando el resto dentro de él en un movimiento sin piedad. Su cintura, que se precipitó hacia él sin previo aviso, de repente lo golpeó en su parte más cercana.

Esta vez, ni siquiera pudo gritar. Jimin sólo podía temblar mientras soltaba breves jadeos y gritos. Sus partes internas húmedas y pegajosas, convulsionaron, masticando al gran intruso.

"Joder, Jimin..." Dijo Yoongi.

Su manzana de Adán se movió, y una voz furiosa salió temblorosa.

"Ugh... estás apretando tan fuerte..."

Los pies de Jimin, que estaban tambaleándose indefensos en el aire, casi
tocaron el suelo. Yoongi lo agarró por los tobillos y lo levantó.

"Ten cuidado con tus pies."

El Príncipe y el Salvaje - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora