-Ya está esperando ahí afuera... -murmuró Charles entre dientes después de mirar por la ventana. Me fijé en su tono de voz y en lo increíblemente disgustado que parecía estar. Suspiré profundamente, porque sabía que no saldría nada bueno de aquella conversación.
-Charles, no es el mejor momento...
-No era el mejor momento para que él viniese el otro día, te dejase como una auténtica mierda y que yo te encontrase llorando cuando llegué a casa -respondió con odio en sus palabras a la vez que recogía sus cosas, dispuesto a irse a la fábrica.
Había algo en lo que Charles tenía razón. Después de que Max conociese a su hijo, después de que lo tuviese en brazos, después de que se marchase con una enorme sonrisa, yo me sentí como una auténtica mierda. Era incapaz de dejar de darle vueltas a todo; era incapaz de dejar de pensar en lo que podíamos haber sido, en la familia que podíamos haber sido si yo no hubiese sido la persona más estúpida del maldito planeta.
-Viene a ver a su hijo, Charles. Es normal que quiera venir...
-Lo sé. ¿Pero crees que ver llorar a su madre es lo mejor para Fynn? Yo también quiero a ese crío, ¿sabes? Lo quiero como si fuese mi hijo.
-Pero no lo es. Es suyo. -me arrepentí al instante de lo que acababa de decir, pero sobre todo de cómo lo había dicho. Había sonado fría, sin un ápice de sentimientos. -Yo... no quería decir eso. Quería decir que es normal que...
-Genial, Lexie. De puta madre.
Fue lo último que escuché antes de que abriese la puerta de casa y la cerrase de un golpe que pareció hacer retumbar las paredes. A este gesto tan sólo le siguió el llanto desconsolado de Fynn, que hasta hacía apenas unos segundos dormía plácidamente después de una noche de mierda.
Había pasado la noche en vela por culpa de los gases, y yo había sido la encargada de lograr calmarlo durante horas. Charles parecía estar más centrado en el desarrollo del coche que en cualquier otra cosa que sucediese a su alrededor. En realidad, había sido así desde la llegada de Max. No lo había dicho, pero jamás lo había visto tan tenso.
El timbre de casa hizo que yo corriese hacia la puerta, con la esperanza de que fuese Charles, que se hubiese arrepentido de marcharse enfadado. Pero no fue así. Era Max, que parecía más serio de lo normal.
-¿Qué pasa? ¿No sabe cerrar una puerta ese puto capullo? -suspiré profundamente cuando habló con el ceño fruncido, y él pareció tomarlo como una invitación para entrar. en casa.
-Max, por favor... -aquel simple susurro pareció servir para que él se diese cuenta de que no era el mejor momento para hablar sobre el tema.
-¿Has dormido? Tienes una cara de mierda -su comentario hizo que yo, inmediatamente, arquease una de mis cejas. Era increíble la capacidad que tenía siempre para decir el comentario menos oportuno. Parecía que incluso lo hacía a propósito.
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The Fight | Max Verstappen & Charles Leclerc (Salvation Parte 2)
FanfictionCada guerra es una destrucción del espíritu humano -Henry Miller