II.

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-Chérie, si no quieres venir, está bien

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-Chérie, si no quieres venir, está bien. Lo entiendo -dijo Charles de manera comprensiva. Se estaba poniendo su traje negro con el escudo de Ferrari. El atuendo perfecto para la presentación del coche de ese año.

-Quiero ir -contesté rápidamente, ajustándome el vestido al cuerpo. Era rojo, el color del equipo, y se ajustaba debajo del pecho para ocultar aquella pequeña barriga que todavía conservaba después del parto. No era algo que me gustase resaltar, pero tampoco me incomodaba. Sabía que desaparecería poco a poco. -Además, la niñera ya está aquí.

-Prometo que será una hora; dos máximo -aseguró mirándome a los ojos. Él parecía estar todavía más preocupado que yo. Al fin y al cabo, era la primera vez que dejábamos a Fynn con alguien que no fuese nosotros mismos. Pero aquella mujer tenía buenas referencias. Muchos trabajadores de Ferrari le confiaban a sus hijos cuando tenían el día muy ocupado, y todos hablaban bien de ella.

-Charles, está bien -aseguré de nuevo, pues él parecía necesitarlo.

-Max estará allí también -aquello era lo que de verdad le preocupaba a él. El reencuentro con Max después de tanto tiempo.

Charles había competido contra él, habían compartido espacio en el paddock durante todo el año, pero no había habido ningún tipo de interacción entre ellos. Ese día debía ser diferente. Ambos debían aparentar, al menos, que tenían buena relación. Al menos aquel día, de cara al resto del mundo.

-Podía imaginarlo -susurré cuando él se acercó a mi y posó ambas manos en mis caderas. Suspiró profundamente antes de dejar un beso sobre mi frente, manteniendo sus labios en aquel lugar. Siempre me tranquilizaba cuando lo hacía. -Todo está bien, Charles.

-Deberías hablar con él -susurró antes de abrazarme contra su cuerpo. -Se acabará enterando tarde o temprano, y será peor si no se lo dices tú...

-Lo sé, Charle. Es solo que... no sé ni por dónde empezar -hablé contra su pecho, rodeando su cintura con mis brazos.

-Espera primero a ver cómo está él.

-Lleva un año sin hablarte, Charles -apunté, pues era un dato que yo era incapaz de olvidar.

-Las cosas cambiarán a partir de ahora.

-No estoy segura de que sea para mejor... -insinué, pues a Charles a veces le costaba ponerse en lo peor. Yo, por lo contrario, siempre optaba por aquella opción. Solía llevarme menos sorpresas.

-Todo saldrá bien, chérie.

Con aquella promesa, nos abrazamos en la habitación hasta que tuvimos que irnos. Nos despedimos de Fynn con besos y un sabor amargo. Era la primera vez que nos alejábamos de él y, aunque sabíamos que quedaba en buenas manos, era imposible no sentir un pequeño agujero en el pecho.

Charles tomó mi mano en cuanto cruzamos la puerta de casa. Ni siquiera iríamos en coche ese día. Desde nuestra casa, tan solo eran dos minutos andando hasta la fábrica. Recé en ese momento por no encontrarnos a Max de camino. Si teníamos que hablar, prefería que fuese después del evento, para no caldear más el ambiente.

The Fight | Max Verstappen & Charles Leclerc (Salvation Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora