XXIV.

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Me recosté ligeramente en el sofá de casa

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Me recosté ligeramente en el sofá de casa. Era mi primer día de vuelta y, a pesar de que Lexie y Fynn no se habían mudado conmigo, pasarían unos cuantos días en casa para poder ayudarme. En otro momento le habría dicho que no era necesario, pero lo único que quería en aquellos instantes era estar junto a ellos.

Me acomodé lentamente en el sofá, todavía dolorido de las diferentes contusiones a lo largo de mi cuerpo. Pero lo hice con el ordenador portátil sobre mis rodillas. Si no podía moverme como me gustaría, al menos aprovecharía aquel tiempo para buscar una casa para los tres. Una casa en el pueblo, alejados de todo y de todos.

Lexie me dedicó una mirada juzgadora, porque odia que no estuviese guardado todo el reposo que me habían recomendado. Pero, a pesar de ello, se sentó a mi lado en el sofá; y lo hizo con Fynn dormido y recostado sobre su pecho.

-¿Quieres que te enseñe lo que he encontrado? -comenté haciendo que ella sonriese a pesar de que intentase ocultarlo. Pero, finalmente, acabó accediendo mientras asentía repetidas veces. -Vale... me han gustado unas cuantas -le advertí cuando ella reclinó su cabeza sobre mi hombro para poder prestar atención a la pantalla del portátil. -Pero estas dos son las mejores...

Le enseñé la primera, y en cuanto Lex vio la fotografía, supe que no le había gustado. Dejó escapar una pequeña sonrisa, pero conociéndola como la conocía, sabía perfectamente lo que estaba pensando.

-A ver... no está mal -susurró, en un intento por sonar lo más educada posible.

-¿Pero...?

-No es mi estilo -confesó finalmente, algo que ya había imaginado que sucedería. -Es... demasiado moderna.

Tenía razón, lo era. Era de ese tipo de casas de las que, por fuera, tan solo ves una masa de cemento. Y, a pesar de que el interior era increíble, había algo que a ella no terminaba de gustarle.

-Creo que no sería capaz de sentirla como hogar... -dijo dedicándome una pequeña sonrisa. -¿Tienes otra? -pregunté antes de morderse el labio inferior por la curiosidad.

-Si... Hay otra que es completamente diferente -esta vez, la sonrisa que se formó en su rostro fue completamente diferente. Era de felicidad y emoción.

Y fue entonces, cuando le enseñé la segunda casa, cuando sus ojos parecieron brillar más que nunca. Y no era para menos. Era enorme; una casa de campo que desprendía "hogar" allá por donde la mirases; tanto en el interior como en el exterior. Pero lo mejor de todo era que estaba rodeada por un terreno enorme en el que ya podía imaginar a Fynn correteando dentro de un tiempo.

-Es preciosa -dijo esta vez, seguido de una risa de emoción que casi despierta a Fynn, el cual se movió ligeramente sobre el pecho de su madre.

-Tiene dos baños, una cocina enorme y tres habitaciones... Para el futuro -Lexie puso los ojos en blanco ante mis palabras, porque supo perfectamente a qué me refería.

The Fight | Max Verstappen & Charles Leclerc (Salvation Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora