XVIII.

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Me bajé del monoplaza e, inmediatamente, me quité el casco

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Me bajé del monoplaza e, inmediatamente, me quité el casco. Hacía un calor horrible aquel día en el Circuito de Fiorano. No era la primera vez que iba, ni tampoco sería la última. Aquel lugar, propiedad de la familia Ferrari, era donde poníamos a prueba coches de años anteriores con algunas modificaciones de ese año para poder ver mejor nuestros avances.

Podría ser un día cualquiera, pero aquel era diferente. Tan solo estaban algunos trabajadores de Ferrari, ingenieros, el jefe de equipo, yo y... Lexie con Fynn en brazos. Había sido capaz de convencerla con el hecho de que nadie relacionado con la prensa estaría allí. Era un recinto privado, sagrado para el equipo.

Y, esa mañana, tampoco estaría Charles. Aquella había sido la clave para que terminase accediendo. Había insistido varias veces en que no quería hacerle sufrir más, aunque a mi aquel detalle me diese absolutamente igual. Pero por el bien de todos, así debía ser.

Me acerqué a ellos dos, que me esperaban sonrientes al otro lado de las vallas. Fynn llevaba puestas unas orejeras que le protegían del ruido, aunque a él ese pequeño detalle parecía darle absolutamente igual. Reía a carcajadas cada vez que Lexie o algún miembro del equipo le hacía alguna gracia. Para él, aquello era una auténtica fiesta.

-No ha dejado de reír desde que te subiste al coche -me contó Lexie, que parecía estar recobrando poco a poco aquella felicidad que tanto merecía. Me gustaba verla así, como hacía un año, como cuando se liberó de las ataduras que le había provocado el baile.

-¿Crees que le gustarán las carreras cuando sea mayor? -pregunté extendiendo mis brazos para que Fynn se lanzase a ellos, como siempre hacía. Y ese día no fue diferente. Extendió sus pequeños bracitos hacia mi, y yo lo recibí con una enorme sonrisa.

-Espero que no -confesó siendo totalmente sincera. La preocupación se reflejó en sus ojos, y supe que hablaba completamente en serio. -No quiero que nuestro hijo se juegue la vida en cada carrera; ya me llega con que lo haga su padre...

Ver su preocupación, cómo hablaba con el corazón en la mano, me enterneció. Ella siempre se había preocupado por todo el mundo, y conmigo no iba a ser diferente. Y la entendía; claro que lo hacía. No era la única persona en mi vida que pensaba de aquella manera. Mi madre también lo hacía. Ella siempre rezaba al principio de cada carrera.

-Sabes que no me pasará nada, liefje. Lo tengo todo controlado.

-Ya, pero... -intentó responder, pero no le iba a dar la oportunidad de hacerlo. Quería borrar todas sus preocupaciones de un plumazo.

-Tengo todo controlado -repetí en un intento porque, al fin, lo creyese.

-Max, no eres tú quien me preocupa -dijo finalmente cuando empezamos a andar hacia el interior de las instalaciones. Necesitaba ducharme y cambiarme de ropa cuanto antes.

-¿Entonces? -pregunté mientras Fynn seguía riendo, esta vez ya sin sus orejeras.

-Charles -su simple nombre consiguió que me mordiese el labio inferior.

The Fight | Max Verstappen & Charles Leclerc (Salvation Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora