Abroché el último botón del body de Fynn y lo tomé de nuevo en brazos. El pequeño acababa de quedarse francamente a gusto después del cambio de pañal y sus ojos ya se estaban cerrando de nuevo.
Desde el primer momento de su nacimiento, jamás había sido un niño que se pasase horas y horas llorando. Siempre había un motivo para sus lágrimas y, en cuanto se solucionaba aquel pequeño problema, Fynn volvía a ser un angelito.
Le di el chupete en cuanto empezó a mover sus labios como siempre hacía, en busca de algo que le invitase a rendirse ante el sueño. Y, en cuanto lo tomó entre sus labios, no pudo más. Cerró los ojos por completo y, apoyando su cabecita en mi brazo, volvió a quedarse dormido.
-¿Estás segura de que puedo irme tranquilo? -preguntó Charles entrando al cuarto del pequeño, allí donde yo me encontraba acunándolo entre mis brazos. Ni siquiera había tenido tiempo a vestirme. Todavía llevaba puesto el camisón rosa con encaje blanco en el escote que me había puesto el día anterior.
Los brazos de Charles rodearon mi cintura mientras apoyaba la barbilla sobre mi hombro. Aquello no era algo que sucediese de forma excepcional. Lo hacía todos los días. Se quedaba mirando al precioso bebé rubio que sostenía entre mis brazos. Le encantaba mirarlo. Podía quedarse así durante horas; mirándolo embobado.
-Puedes irte, Charles. Tengo todo bajo control -aseguré en un susurro para no despertar a Fynn.
-Me han dicho que es una reunión importante. Se rumorea que habrá cambios en el equipo. No han renovado el contrato de Carlos -comentó con tristeza. Para Charles, Carlos había sido el mejor compañero que había tenido nunca. Se llevaban bien, compartían los mismos gustos... Por eso sabía lo mucho que le estaba afectando aquella situación.
-No pasará nada, Charles. Estoy segura de que renovarán su contrato. Al fin y al cabo, quedasteis en segundo y tercer lugar en el mundial de pilotos.
-Pero no ganamos, y el equipo ya está cansado de los segundos puestos. Pensé que este año sería capaz de ganar, pero... -pero había ganado el de siempre. Sabía que Charles no quería decirlo, pero estaba pensando en el nombre de aquel holandés que le había hecho imposible la temporada.
-Yo confío en ti, Charlie. Estoy segura de que este será tu año.
Sus labios se posaron sobre mi mejilla, dejando un dulce pero corto beso sobre ella, como hacía casi todas las mañanas antes de irse a las oficinas de Ferrari a trabajar en el simulador o, simplemente, interesarse por cómo estaba progresando el coche.
-¿Qué te parece si recojo un par de pizzas para el mediodía? De ese restaurante que tanto te gusta... -susurró cuando nuestros ojos se encontraron por fin, y me sonrió de aquella manera que tan solo él sabía. -Además, este pequeñín no nos deja mucho tiempo libre para cocinar.
-Una prosciutto, por favor -dije casi rogando. Hacía días que soñaba con aquella pizza. Charles me sonrió de nuevo, de aquella manera tierna que tanto me gustaba.
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The Fight | Max Verstappen & Charles Leclerc (Salvation Parte 2)
FanfictionCada guerra es una destrucción del espíritu humano -Henry Miller