Nueve

32 10 0
                                        

Habrá un galería de arte en donde ella y su esposo Jin asistirán, Minyi iría porque le gustaba acompañar a Jin quien según entiendo es amante de pinturas costosas. Me contó que mientras Jin ve los cuadros ella se la pasa sola tomando en una esquina. Así que no me parece mala idea, además que eso sería en un mes.

Un mes que se pasó rápido, gane un poco de peso más, estoy decidiendo que carrera tomar y mi amista con Minyi parece ir bien.

—Déjalo ir Woomin, Jin se irá y pasará horas mirando los cuadros.

Minyi y yo nos quedamos solas, Jin se fue con sus amigos. No quería que se fuera porque estar con Jin era tener risas seguras, parecía alguien serio y de negocios con esos trajes costosos que se pone, pero la verdad es otra, Jin es un adulto con la alma de un niño.

—Ves, como te lo dije! Siempre me deja sola. Es un vastardo. —Minyi empezó a tomar y a criticar todo lo que se movía. De seguro así me criticaba.

Supongo que es un pintor muy bueno y famoso. Y eso se nota porque desde lejos se ve que toda esta gente se pudre en dinero, hombres de traje y relojes que costarían lo de una casa y ni hablar de las mujeres, collares y demás diamantes muy costosos, vestidos de marca y sus risas de prepotente creyéndose mejores que los demás y eso sin contar los periodistas que esperan afuera.

La galería de arte se llama
"L.W" y hasta entonces no me había percatado de las pinturas y tampoco los precios. Solo escuchaba a Minyi reírse de las prepotentes señoras de las lomas.

—Agradezcono no traer él mismo vestido, ya viste como le queda a ella de horrible? —Llamó mi atención.

—A tí se te miraba mucho mejor, y créeme que mucho, mucho mejor. —Minyi se fijaba en cada detalle.

—Lo que faltaba. —Pareciera que Minyi miró a la peor de las personas, tomó su bebida de un solo trago y apretó la copa vacía.

—Que sucede? —Le susurre y ella respondió de igual forma.

—Ves a esos dos? —Me señaló y ahí estaba, con su traje impecable y sonrisa divina. Y tomado de la mano caminaba junto a ella. Otra vez sentí ese dolor en mi pecho, verlos juntos me lastimaba. —Woomin reacciona! no me digas que ver a esos dos te afecta? —Quizás Minyi me conoce más de lo que creo. —Ambos son una basura de personas, especialmente ella, lo que tiene de linda lo tiene de puta aprovechada. No vale la pena, Jungkook no lo vale.

Tomó mi brazo y los entrelazo.

—Woomin, cálmate ellos vienen para aquí. —Sentí un leve apretón de su parte, eso me decía que ella estaría conmigo. —Todo estará bien, solo déjamelo a mi.

—Hola Minyi, no pensaba verte por aquí! —Quizás le sonrió, no se porque yo estaba viendo a Jeon Jungkook y él a mí.

—Ya vez querida, Kim me invitó personalmente. Aunque pensé si venir o no, ya sabes mi belleza opaca a todo y todas.

Fue entonces que me fije en la rubia frente a mí. Un vestido negro de tirantes que cubría lo necesario, tacones rojos y un abrigo que de seguro es de Jeon, su pintura llegaba hacer un poco extrema pero en ella no se veía mal.

¿Por que tiene que ser tan linda?

—Y ella quien es?

Me miró.

—Por que no le preguntas a Jungkook...

—Soy Li Ji-Woomin. —Le tendí mi mano antes que la boca floja de Minyi dijera alguna estupidez.

—Soy Kira Ivanova, aunque creo que ya sabes de mí. —Dijo muy orgullosa y dos cosas que supe de ella es que probablemente es Rusa por su acento y por el nombre y lo otro es que me parece alguien muy segura de ella. —Y él mi prometido Jeon Jungkook.

Morir esa noche del accidente hubiera dolido menos. Se pudo sentir cuando el ambiente se puso tenso y como Jeon trataba de sonreír, sonrisa que quedó a medias.

—Mi amiga lo conoce muy bien, para ser específica ellos son ex y agradezco que mi amiga esté lejos de él así que no necesitan presentación.

La rubia mostró una sonrisa tan turbia como tenebrosa.

—No me digas que está es la muerta en vida. —Y luego de decir eso fingió arrepentimiento. —Lo siento amor, lo siento. —Repitió . —Es que aveces no me mido al hablar.

Se dirigió a mí y tuve que mantener mi brazo muy agarrado al de Minyi para que no se le lanzará.

Y por fin Jeon habló.

—Fue un gusto verte Minyi. —Luego me miró a mí. —Y también a tí Woomin, pero nos tenemos que ir.

—Sería el mejor regalo adelantado que me podrías dar de cumpleaños. —Minyi pareciera asesinar a la rubia con la mirada y la verdad que hasta yo agradecería que se fueran lejos, no podía seguir mirando como la tomaba de la cintura.

—Ya cálmate, ya se fueron. —Minyi estaba enojada y yo con el corazón roto. —Minyi ya pasó...

—Amor ven aquí un momento. —Jin apareció.

—Que quieres Jin? —Incluso el lindo esposo de mi amiga no se libraba del enojo de Minyi. —Te quiero presentar a un viejo amigo y su esposa.

Minyi antes de responder me miró, estaba pidiendo mi aprobación.

—Puedes ir Minyi, yo esperaré. —Antes de irse me abrazó.

—Luego habláremos si tú quieres ¿Si?

—Si, pero ahora ve, que Jin espera por ti. — Se separó y fue con él.

Los veía a lo lejos charlar con otra pareja, parecieran estar cómodos.

Seguro Minyi tardaría así que decidí caminar un poco y caminar a otra área de la galería.

—Azul y rojo? —Un lienzo de ambos colores, el rojo pareciera ser gotas de sangre que se mezclaban con él azul claro del mar.

Seguí caminando y mirando todos los cuadros, cada uno me llamaba la atención más que él otro, mejor dicho cada uno me recordaba a mis sueños. Esos sueños que tuve mientras estaba dormida.

Y cuando por fin llegue a ese cuadro.

MIENTRAS DORMÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora