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CAPÍTULO QUINCE
BODORRIO

CAPÍTULO QUINCEBODORRIO

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—¡OSVALDO! ¡REBCCA! ¡ALDO! PARA USTEDES.—la mamá de los hermanos entró a la sala. Rebecca y Aldo estaban abrazados en el sofá, mientras Osvaldo estaba a su lado. Los tres giraron la cabeza para mirar a la mujer.

—¿Qué es?—preguntó Rebecca, estirando la mano.

—Las invitaciones para la boda de Valerie.—dijo, entregándoles los cuatro sobres a su hija.—Ian se las dejo al guardia.

—Una de esas invitaciones es para Beto, a mi ni siquiera me invito.—dijo Osvaldo, mientras su hermana se sentaba en el regazo de Aldo para revisar los nombres en las invitaciones.

—Deja el drama Osvaldo, aquí hay una invitación para ti.— dijo Rebecca, haciendo que Aldo le arrebatara el sobre para confirmar lo que decía la rubia.

—¡No juegos con eso, estupida!—Osvaldo le aventó un cojín a la pareja.

—No está jugando, wey.—Aldo le lazo la invitación a su amigo.—Tiene tu nombre.

El mayor de los Palacios atrapó la invitación y vio que en el lado izquierdo, en la parte de abajo, estaba escrito su nombre:

'OSVALDO P.'

—Deberías ir hijo.—apoyo su madre, dándole una sonrisa reconfortante a su hijo.

—No creo que sus padres y los de Noah me quieran ahí.

—Cualquier cosas nos tienes a nosotros, a Brenda, a Alexander, a Ian y a Beto para respaldarte.—dijo Aldo, tratando de convencer a su amigo.

Osvaldo miró entre su hermana, su mejor amigo y su madre antes de soltar un suspiro y aceptar.

—¡Bien! Bien, iré.—la rubia tenía una mirada emocionada en su rostro mientras chocaba los cinco con Aldo.

—Bueno, vayan a preparar.—les dijo la madre de los hermanos. Rebecca saltó del sofá y subió para arreglarse.


















—Wow... definitivamente te vas a desmayar.—le dijo Osvaldo a su amigo a su lado, viendo a Rebecca bajar las escaleras con su vestido. Llevaba un precioso vestido violeta y tacones negros.

—No mames, se va a desmayar.—exclamó Beto.

Aldo tenía una pequeña sonrisa en el rostro cuando la rubia bajó aquellas escaleras. Parecía que fue ayer cuando se mentaban la madre.

—Estás increíble, Rebe.—dijo Aldo, acercándose a ella mientras le tomaba la mano. Rebecca le sonrió y le hizo una reverencia.

—Gracias, Aldo. Tú tampoco estás nada mal.—ella le sonrió mientras caminaban hacia la puerta.

¹ 𝐖𝐇𝐘 𝐀𝐑𝐄 𝐘𝐎𝐔 𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀𝐍 𝐈𝐃𝐈𝐎𝐓? | ᵃˡᵈᵒᵍᵉᵒ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora