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LA PAREJA SE ENCONTRABA MUY FELIZMENTE disfrutando de la fiesta de cumpleaños de Rivers, junto con sus amigos más cercanos.
Todas las mujeres que habían asistido estaban sentadas en un círculo, conversando sobre cualquier cosa. Las respectivas parejas de algunas de las presentes estaban por ahí haciendo de las suyas.
El círculo estaba conformado por la presencia de Alana, Brenda, Valerie, Arigameplays, Amablitz, Rivers y Molly. Esta última estaba sentada junto a la rubia y notó que algo brillante colgaba sobre su cuello.
Cuando Rebecca se giró para atender lo que decía la novia del uruguayo, la de pelo rosa pudo observar que lo que brillaba en el cuello de la rubia era un bello collar con forma de sol y el centro vacío dejando expuesta su piel.
Molly no negaba que era lindo y le recordaba algo. Por eso, en cuanto hubo un silencio, aprovechó para hablar con Rebe.
—Está muy padre tu collar, Rebe.—en cuanto esas palabras salieron de la boca de la más grande, todas las presentes bajaron su mirada al cuello de la rubia.
Rebecca también bajó la mirada para ver de qué hablaba Molly. Cuando se dio cuenta, no pudo evitar que una gran sonrisa se dibujara en su cara.
—Gracias, fue un regalo de Aldo.—la rubia miró a la de pelo rosa, mientras levantaba un poco el collar para que las demás presentes pudieran observarlo mejor.
—Es el sol que sale en "Enredados", ¿no?—preguntó la pelirroja, sabiendo a la perfección que era la película de princesas favorita.
La rubia asintió y cuando Alana estaba por preguntar dónde lo había comprado, esta fue interrumpida por Ari.
—¿Y tú qué le diste?
Rebecca sabía que esa pregunta tenía doble sentido; o al menos fue así como lo percibió su mente. Todas las presentes esperaban su respuesta, algunas ya riéndose, y la rubia decidió sacar su lado atrevido y coqueto.
—No te puedo decir.—Rebecca le guiñó el ojo a Ari, mientras las demás se reían y gritaban por las palabras de la rubia.
Rebecca no pudo evitarse reír ante la reacción de sus amigas, pero tuvieron que cesar, ya que el novio de la cumpleañera les informó que el mago había llegado.
Todas las mujeres compartieron unas últimas risas antes de levantarse y reunirse con sus demás amigos, y algunas con sus respectivas parejas.
Cuando Rebecca llegó al lado de su novio, este le pasó su brazo por encima de los hombros y la atrajo hasta que sus labios estuvieron unidos. La rubia se sorprendió por la repentina acción, pero no tardó en corresponderle el beso.
