Sra. Kim

15

POV LISA.

Ha pasado una hora, y todavía estoy en mi cama, mirando al techo.

¿Cómo me metí en esta situación? ¿Qué pensé honestamente que iba a resultar salir con Jennie Kim?

Cuando estábamos en el hotel y éramos solo nosotras dos, las cosas estaban seguras.

Estaba controlado.

No dolía.

Saco mi teléfono y checo Instagram y Facebook para intentar olvidarme de lo mal que me siento.

Nada funciona.

Tiro mi teléfono con disgusto.

Ugh.

Odio Facebook.

Debería llamarse Fakebook por la forma en que todos los idiotas del mundo publican imágenes y muestran lo buena que son sus vidas. Todos sus hermosos y cariñosos novios, novias, maridos, esposas, bebés y niños, todos parecen tener todo lo que yo no tengo. Nunca ves a nadie publicando fotos diciendo ‘Oh, salí con mi jefa que es mayor que yo esta noche, quien, por cierto, me trató como si fuera una puta estúpida y me avergonzó muchísimo’, ¿verdad?.

Pongo los ojos en blanco.

Mi teléfono emite un pitido y me apresuro a leer el mensaje de mi madre.

Hola, Lisa,
¿Cómo va todo?
Te echamos de menos.

Lo leo y se me llenan los ojos de lágrimas.

Antes de siquiera pensar en ello, estoy marcando su número.

Mi madre responde al primer timbre.

—Hola, mi hermosa hija.

—Hola mamá. —El sonido de su
amorosa voz me llega e instantáneamente me ahogo.

—¿Estás bien, cariño?

Cierro mis ojos.

¿Cómo sabe siempre cuando algo anda mal?

Asiento, aunque sé que ella no puede verme.

—Sí.—miento, a pesar de mis obvias lágrimas.

—¿Qué pasa, Lis?.—pregunta.

Tuve una cita con una chica que está más cerca de tu edad que la mía, que resultó ser una verdadera imbécil, y ahora estoy sola en esta casa grande y aterradora sin ningún otro lugar adonde ir.

—Nada, mamá. —Sonrío—. Siento un poco de nostalgia.

Giro la manta entre mis dedos.

—Todo estará bien por la mañana.
¿Vas a salir a turistear?

—Si lo haré. —Pongo aire en mis mejillas—. Rosé conoció a alguien.

—Vaya, ¿y qué tal?

—Es una soñadora. Su nombre es Jisoo. Es coreana. —Sonrío—. Jisoo es diferente.

—¿Y qué hay de ti, hay alguien en la mira?

—No. —Levanto las cejas—. Todas las personas que conozco son idiotas.

Dudo por un momento.

—Soy como un imán para idiotas.

—Te está esperando, Lis. Alguien muy especial está sentado esperando que vengas. En cualquier momento, va a aparecer.

Tengo un nudo en la garganta.