「★」015: Besos y agradecimientos

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— ¿Te gustó nuestro regalo de cumpleaños? —preguntó uno de los chicos apenas entré a la camioneta—

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— ¿Te gustó nuestro regalo de cumpleaños? —preguntó uno de los chicos apenas entré a la camioneta—.

— Debo admitir que esta vez me sorprendieron... Nunca imaginé que iban a hacer algo así para mi cumpleaños —respondí mirándolos a todos de forma aprobatoria—.

— Lo sabía... Sabía que ibas a caer ante Seolar —se burló de las palabras que había dicho unas horas atrás—.

— No lo negaré, ¿sabes? —admití ganando la atención de todos—. Parece que este lugar se convertirá en uno de mis favoritos —añadí asegurándome de memorizar el nombre en la entrada—.

— Parece que Sungyoo perdió su lugar —razonó el que estaba en el asiento de conductor—.

— Cállate y enciende el auto... Sungyoo no se dejará apartar ni en mil años —corrigió el que estaba a su lado dándole un golpe en la nuca—.

 Sungyoo no se dejará apartar ni en mil años —corrigió el que estaba a su lado dándole un golpe en la nuca—

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— ¿Cómo te fue? —cuestionó Honey cuando vio que salía de mi habitación—. Estuve ocupada hasta tan tarde que no puede preguntarte antes.

— Fue bien, supongo... Una nueva experiencia —expliqué viendo como esta asentía mientras caminábamos hacia la cocina—.

— ¿Qué tal te sentiste al tratar de atender a todos en el grupo? ¿Fue el líder demasiado demandante? —preguntó yendo al lavaplatos para limpiar sus manos—.

— No fue a un grupo... Había 6 personas al principio, pero todos salieron dejándome sola con un rubio —le informé viendo que ponía una expresión confusa—. Lo sé, fue raro al principio, pero luego entendí que se trataba de un regalo o algo así —añadí tomando una taza con fresas—.

— Mmm, ya entiendo —contestó robando una fresa—. Entonces, ¿cómo te fue con el rubio?

— Era una persona muy directa y demandante —expliqué viendo como esta reía de mi expresión asombrada—. Lo sé, casi siempre son así pero está vez fue diferente.

— ¿Qué hizo? —indagó abriendo el refrigerador para tomar un paquete de yogur—.

— No fue nada extraordinario, pero fue chistoso —empecé a decir riendo—. Me quitó los zapatos y luego me cargó de un lado a otro para que no caminara descalza —añadí escuchándola reír fuerte—.

SOLE                                                                    [3RACHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora