SOLE [3RACHA]

「★」018: Frágil pequeña

Sus suaves manos se sentían demasiado bien sobre mi polla ya que la delicadeza de la piel hacían que el toque se sintiera más placentero e intenso.

Los movimientos eran lentos pero certeros. Su pequeña mano trataba de apretar todo lo que podía y bajaba con firmeza hasta la base haciéndome gruñir por lo bajo.

Luego, su dedo pulgar se posicionó en el orificio del glande para hacer círculos en el lugar, ocasionándome corrientes eléctricas directo de mi falo hasta mis bolas.

— Lo haces bien, amorcito —mencioné en un tono más profundo del que esperaba—. Sigue así.

Su atención se fue de mi falo hasta mi rostro, mostrando una sonrisa linda e inocente. Se veía tan bonita dándome placer mientras se comportaban de forma tierna.

— Mierda... ¿Cómo puedes actuar de forma tierna en este momento? —murmuré acercando mi mano hasta su cabello para acariciarlo—.

— Estoy feliz porque oppa lo está disfrutando... —aclaró dándole toda su atención a su tarea—. ¿Hay algo que te gustaría que hiciera? —añadió dándome una rápida mirada—.

— Solo ve rápido, amorcito —instruí sintiendo como aumentaba la velocidad de inmediato—. Eso es, aumenta la velocidad gradualmente con el tiempo.

Sus ojos no perdían de vista mi polla, cada movimiento era capturado por sus ojos y registrado en su mente. Seguramente se debía al tamaño de mi miembro, como había dicho, era el más grande que había visto así que, probablemente, estaba interesada en verlo.

Sin embargo, algo más se notaba en ella. La forma en que su boca se quedaba abierta por segundos demostraba que quería más. Tal vez quería lamerlo o meterlo en su boca, pero estaba dudando por no saber si podía hacerlo.

— ¿Hay algo que tengas en mente, amorcito? —indagué entre gruñidos mientras levantaba su rostro en dirección al mío—.

— N–no, oppa. Solo estoy concentrada en mi tarea —respondió de forma lenta dirigiendo sus ojos a mi falo, evadiendo mi mirada—.

— ¿Segura? —inquirí tomando con un poco de fuerza su mandíbula para hacer que me viera—. ¿Estás segura de que no quieres hacer algo especial con mi falo? —añadí tanteando mi dedo pulgar en su boca—. Lámelo —pedí cuando mi dedo estuvo dentro de su cavidad bucal—.

Sus labios carmesí se cerraron sobre mi dedo acatando la orden que le había dado para empezar a mover su cabeza hacia adelante y atrás para jugar con mi dedo. También, lo sacaba de su boca hasta cierto punto para lamerlo ansiosamente con su lengua.

— ¿No quieres hacer eso con mi polla? —pregunté sacando mi dedo de su boca—. ¿No te gustaría poder sentirla directamente en tu boca? ¿No te hace salivar la idea? —añadí viendo como sus ojos se abrían en asombro—.