Mirando a través de la ventana abierta de su salón, y que daba a la cancha deportiva de la escuela, fue la única manera en que JungKook no continuara aburrido en la clase, pues incluso si la historia acerca de la lengua coreana fuera un tema importante, él ya sabía algunas cosas acerca de ella.
No le molestaba repasar lo que años atrás había aprendido, pero justo en esos instantes su entusiasmo para desear aprender estaba en cero.
Unas palabras se oyeron a lo lejos pues su maestra, la señora Kang, leía con suma concentración de su libro unos párrafos sobre el periodo de Go-Joseon, antes antes de volver a dirigirse a sus alumnos.
-Bien.- se oyó decir por todo el aula a la mujer, mientras yacía de pie frente al pizarrón.- Lea el siguiente ejemplo, joven Jeon.
El nombrado dejó de ver hacia la cancha, donde algún equipo de soccer entrenaba, y sujetando su libro de texto se puso de pie, comenzando la lectura.
-No cruces el río, mi amor.- comenzó,con voz suave y segura.-Mi amor finalmente cruzó el río. Ahora que mi amor se ahoga.- hizo una pausa.-No hay nada que pueda hacer.
Terminó de recitar mientras se sentaba de nuevo, siendo inevitablemente observado tanto por su maestra como por sus compañeros de clase, viéndose a los ojos de los demás como un chico con un aura llena de frescura e inteligencia, pues esta imagen ya la venían proyectando en él desde el tercer día de clases, colocándole una atención de estudiante perfecto que ni él mismo sabía qué decir, ya que solamente llegaba a su salón, tomaba sus calses, realizaba ejercicios que le pedían, entregaba sus trabajos y eso era todo.
No trataba de establecer conversación con alguien y tampoco era de los que particiban más que cuando el docente se lo pedía. Así que toda esa atención (que no pidió) hacia su persona, lo hacía sentir algo sofocado e incómodo en ocasiones.
Volviendo a lo actual, fueron segundos de silencio hasta que la maestra Kang mostró un gesto de satisfacción y orgullo ante el potencial del estudiante.
-Pronunciación excelente, joven Jeon.- felicitó al muchacho, para después comenzar a escribir algunos ejercicios en el pizarrón.
JungKook no dijo nada, ni se mostró alegre ante ese alago, simplemente recargó sus antebrazo en el pupitre y miró al exterior de nuevo.
El equipo de fútbol ya se había ido.
...
Caminando por aquel pasillo, JungKook seguía avanzando sin ganas. Su horario actual era un poco más ligero así que pensar en ir al club de astronomía de una vez no fue mala idea.
Continuó su camino hasta llegar a la puerta del salón, donde una vez frente a ella, exhaló por lo bajo y tomando el picaporte recorrió la puerta, dispuesto a entrar.
Vaya sorpresa que no mostró, al ver que dentro del aula no había nadie.
Bien, no conocía el horario de sus sunbaes pero estaba casi seguro que pronto debían de estar presente para, al menos, comenzar con la primera sesión, pues la semana de ingreso pasó y ese día era la primer vez que se tendría una reunión con el club; palabras de JiMin.
Cerró la puerta una vez estuvo adentro y fue hasta una silla cerca del escritorio para poder sentarse. Ya una vez colocó su mochila encima del escritorio, se sentó en la banca, y sin emoción alguna se recargó en el respaldar.
Así estuvo, sentado en silencio por aproximadamente tres minutos hasta que, ya aún más aburrido, se decidió a sacar su celular para jugar un rato y poder distraerse.
Pero antes de que tocara el icono del juego en la pantalla para dar inicio a la partida, la puerta fue abierta con rapidez, quebrando así el silencio que estaba en el salón.
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En El Club De Astronomía
FanfictionJeon JungKook es un alumno de primer grado en el campus, generando una imagen de perfección ante la vista de todos. Pero una persona en especial lo saca de su cordura y buenos modales, lo que le ocasiona bastantes conflictos porque, a su desgracia...